jueves, 15 octubre 2009. Vamos de visita a casa del poeta Alberto Tesán. Me llama la atención que todas las habitaciones están decoradas como si fuesen patios andaluces y que todas tienen dos camas, incluso la de matrimonio tiene una cama pequeña plegable en un rincón. Sus hijos me piden que los vista para salir. En el sueño su hija es mayor que el niño. Pilar, su mujer, tampoco se parece a su mujer, tiene el aspecto de Maribel, la mujer del gran Purranki. Tesán nos llama desde la planta baja para salir a comer, David corre hacia las escaleras y lo pillo al vuelo de un brazo antes de que caiga rodando. Una vez en la calle, los niños se quitan la ropa y hacen que nadan en un charco, y Tesán camina a mi lado a cuatro patas. Pilar dice que así es imposible que nos den mesa en el restaurante.