miércoles, 14 abril 2010. Un grupo de modelos en ropa interior hacen cola para maquillarse delante de un mostrador metálico, como el que ponen en las ferias. Me empujan hacia la cola, les digo que ni soy modelo ni he usado maquillaje en toda mi vida. Entre dos chicas me ponen un pegote rosa en cada pómulo y me dicen que lo extienda con los dedos. Más que extenderlo trato de hacerlo desaparecer. Josemari llega con una manguera y las modelos escapan entre ridículos grititos. Yo sigo allí, mirando cómo limpia el suelo de cemento. Le pregunto si me dejaría hacerlo. Me pasa la manguera y se sienta a leer un libro enorme de tapas duras. Los mostradores se han convertido en somieres con colchón, sin sábanas. Paso el agua a toda presión entre las patas.