miércoles, 22 junio 2011. Begoña Abad nos ha invitado a su casa, es una casa de campo, antigua, con escaleras que llevan a plantas intermedias donde hay que agachar la cabeza para no darse un golpe. Es una casa con sorpresa, dice. Lleva el pelo de color rojo. Echo de menos su mechón azul. Al momento me dice que ha estado tomando algo para el pelo porque se le caía. Le digo que a mí se me está cayendo, y al mirarme en un espejo veo que estoy completamente calva. Por allí andan algunos amigos, visitando la casa como si fuera un museo. Miro un álbum de fotos, que se supone que es el último libro de Carmen. Hay fotos de grupos en bares. En algunas aparezco con el pelo muy largo, sin pecas. Me echo a llorar.