pluma

jueves, 30 junio 2011. Caína camina delante de mí por un pasillo estrecho y oscuro. Lleva una pluma Sheaffer en la mano idéntica a una que tengo. Yo llevo un rotulador de marcar cedés. Le pregunto si la pluma es mía. Dice que no y la aprieta contra su cuerpo para que no se la quite. Sé que es mía, pienso.