lunes, 6 febrero 2012. Al entrar a la casa de mi abuela me llega botando una canica. Después de varios intentos la cazo al vuelo. Mi madre y mis tías corren hacia mí, me dicen que tenga mucho cuidado. Me fijo en la canica. Es transparente, dentro hay líquido y un feto diminuto con una mata de pelo que empieza en la frente y le baja por la espalda. Pienso que será de una de mis primas. Mi madre trae un cuenco con agua, dice que lo deje dentro con cuidado, que lo guardará en el frigorífico. Me pregunto si los golpes que se ha llevado afectarán al feto, también pienso si no estaría mejor poner el cuenco al sol, pero no digo nada porque prefiero no intervenir en asuntos familiares. Dejo con mucho cuidado la canica en el agua y mi madre se la lleva.