lunes, 13 febrero 2012. Una madre le advierte a su hija que si sale de casa desaparecerá. Claro, dice la chica. Quiero decir del todo, te desintegrarás, quizá aparezcas en otro lugar, aclara la madre. ¿Mundos paralelos?, pregunta la hija entre risas. Al traspasar la puerta desaparece, efectivamente se desintegra, se vuelve primero humo y después nada. La madre busca el modo de que vuelva, hace agujeros en la tierra del jardín, abre cajones inexistentes en los muros de la casa. De repente se dirige a mí. Ven y descálzate, dice. Me pinta las plantas de los pies con tinta china negra. Ahora camina, dice. Sigo sus indicaciones, traspaso varias veces el umbral. Los agujeros que había en el jardín se llenan de repente de setos con flores amarillas. Lo sabía, si le hubiera pintado los pies al nacer ahora mi hija seguiría aquí, dice.