Parece mentira. Un año ya soñando en público. Mientras escribir siga siendo mi juguete favorito aquí seguiré. Aquí o en otro lugar. Gracias a los amigos que hacen piruetas para mí cada día, aunque sólo sea para que algún residuo quede en mis neuronas de arena y verse al día siguiente bailando en una cornisa o salvándome de morir atropellada. Gracias a los amigos que me animan a seguir contando lo que sueño porque le dan, de algún modo, sentido a cuando no sueño. Os doy las gracias con los ojitos cerrados. Como dice Patti Smith, "Dormid bien, dulces sueños, dulces rayos".