la música contada y los autos locos

martes, 20 enero 2009. Estoy rodeada de gente en el hall del teatro Cánovas para entrar a "La música contada". Procuro pegarme a la pared para que no me arrasen. Un hombre me llama la atención por su traje de lino claro. Él también me mira y se acerca. Me gustaría hacerte unas fotos, dice. Héctor Márquez llega en ese momento. Los oigo hablar entre ellos. El hombre del traje dice que mi piel es natural y maravillosa, Héctor le explica que debe de ser porque nunca me he maquillado. Hablan como si yo no estuviera. Mientras, pienso que no entiendo nada ya que mi piel está llena de pecas.
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Alberto y yo hacemos una carrera de coches. Son coches huecos, dónde sólo hay volante. A la de tres, nos lanzamos por una cuesta. Intento frenar sacando un pie, pero temo quemármelo en el asfalto ya que voy descalza. Al final de la calle veo una señal blanca, cuadrada, con un rectángulo rojo. Como no sé qué significa, aparco y espero a Alberto sentada en el bordillo de la acera.