domingo, 20 diciembre 2009. Le pido al kiosquero el periódico. Me pregunta si el precio me parece justo. Le digo que sí. Pues entonces le voy a cobrar 40 céntimos más, dice y se va al fondo del kiosco, que está iluminado con luces doradas. Abre una caja, de la que también sale luz dorada, y cuenta monedas.