llavero

sábado, 9 enero 2010. Una pareja y yo separamos plástico y metal de unas bolsas de basura que alguien ha esparcido por el suelo. Parece un invernadero sin plantas. En el centro hay una mesa muy tosca hecha con tablones donde he dejado un jersey y las llaves de casa. Mi hermana, muy pequeña, dice que quiere acostarse. La acompaño a la cama y la arropo. Me doy cuenta de que es de madrugada y que llevamos reciclando basura toda la noche. Todavía nos queda el vidrio, dice la chica. El chico coge mi llavero y lo cambia por la arandela del suyo. Le pregunto si le gusta la frase que lleva grabada "nec spe nec metu". Dice que no sabía que era mío y quiere devolvérmelo. Quédatelo, le digo.