viernes, 12 marzo 2010. Llueve mucho, las calles están inundadas. El agua me llega por los tobillos cuando intento cruzar. Al menos no es barro, pienso. El agua es completamente transparente, da gusto mirarla. Me quito los zapatos y camino descalza por mitad de la calzada. El asfalto se transforma en mármol y me hace resbalar. Llego con dificultad a una casa con porche. La puerta está abierta, me muero de frío, pero no me atrevo a entrar por no mojar el sueño. Me quedo en el porche con la ropa completamente empapada. En el porche hay una bicicleta estática. Me desnudo y la uso de perchero. Tiendo mi ropa en la bici y me siento a mirar la lluvia.