albero

sábado, 8 mayo 2010. Ana Torroja ha organizado una lectura de poemas en una plaza de toros de unos tres metros de diámetro. Los poetas están sentados sobre el albero. Señala con el dedo quien debe leer. Yo miro desde el tendido y me parece un espectáculo bochornoso. Como si pudiera leer mis pensamientos, me señala. Agito folios como si fuesen un pañuelo blanco pidiendo una oreja. Se enfada muchísimo, me echa de la plaza.