martes, 4 mayo 2010. Salgo de casa de mis padres y entro en el ascensor con una toalla en la mano. También llevo varios latas de pintura. En el ascensor han puesto un monitor en le techo. Pienso que así si alguien se queda encerrado podrá distraer el miedo. Llego al segundo piso, a casa de mis tías. Me extraña que las paredes sean de piedra. A una de las habitaciones le faltan dos paredes, así que da a la calle. Tres perros enormes llegan me husmean y chupan lo pies. Me doy cuenta entonces de que llevo chanclas de playa. La casa es un caos. Está llena de gente y desorden. Intento ducharme, pero cada vez que entro en el cuarto de baño, un montón de personas que no conozco se sientan a mi alrededor como espectadores. Desisto. Intento también tomar un café antes de ponerme a pintar unas sillas, pero todas las tazas están sucias, el café frío y alguien se ha llevado las latas de pintura que llevaba en la mano.