lunes, 28 junio 2010. Carmen está embarazada y dice que prefiere no decírselo a su madre hasta que le queden unos días para dar la luz. Le digo que su madre se dará cuenta de todos modos a partir de los cuatro meses. Mientras hablamos caminamos por los pasillos oscuros de una casa. Enrique lleva en el pecho, como si fuese una condecoración, abridores de botella plateados, muy brillantes.
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Alguien me ha pintado, sin que yo me dé cuenta, las uñas de los pies de rojo muy oscuro. Pienso que es la primera vez en mi vida que las veo así y si debería pintarme también las de las manos, a pesar de llevarlas cortas.
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Un biznaguero intenta atracar a mi amiga Salud, la tiene acorralada contra la pared. Peleo con él, se defiende con las biznagas, se me clavan en la cara. Grito pero, como son los gritos en los sueños, no me sale la voz.
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Alguien me ha pintado, sin que yo me dé cuenta, las uñas de los pies de rojo muy oscuro. Pienso que es la primera vez en mi vida que las veo así y si debería pintarme también las de las manos, a pesar de llevarlas cortas.
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Un biznaguero intenta atracar a mi amiga Salud, la tiene acorralada contra la pared. Peleo con él, se defiende con las biznagas, se me clavan en la cara. Grito pero, como son los gritos en los sueños, no me sale la voz.