viernes 25 junio 2010. He quedado con Pepo Paz en un bar. Llevo gabardina y gafas de sol, él me lo ha pedido expresamente así. Está sentado en una mesa apartada y tiene pinta de preocupado. ¿Lo has traído?, me pregunta. Pongo una caja de zapatos sobre la mesa. Dentro hay hojas de olivo. Las mira detenidamente y niega varias veces con la cabeza. Me cuenta que sus cuatro olivos no quieren hacer nada. Ni dan sombra ni aceitunas. Lo dice con una pena que me conmueve. Me entrega un sobre que rechazo. Le digo que se quede con la caja de todos modos.