las berenjenas de vonnegut

viernes, 9 julio 2010. Alberto y yo estamos en un salón de actos. Es escenario está a oscuras. Un tipo aparece corriendo desde el fondo, se acerca al micrófono y hace que sonidos de piano con la boca. Para cada pieza que toca, se vuelve al fondo oscuro y aparece corriendo. Después de tocar cuatro piezas, se va. Ya por la calle, le digo a Alberto que podíamos aprender porque es un trabajo muy cómodo. No necesitas comprar nada y además no te pesa la mochila porque no tienes que cargar con el instrumento. En un garaje vemos a un hombre haciendo que toca la guitarra, pero sin guitarra. Parece que se ha puesto de moda, le digo a Alberto.
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Estamos en casa de Daniel y Ángeles, pero en realidad es nuestra casa. Están recién levantados. Desayunamos cervezas y magdalenas de tomate que ha hecho Ángeles. Me lleva a la cocina y me pregunta con mucho misterio si estarían mejor con berenjenas. Daniel pone música muy fuerte. Le digo que no me gustaría ser sus vecinos. Dice que pronto se mudarán, que se irán a vivir a Gibraltar porque les han ofrecido una tienda junto a un colegio. Una tienda de cacao, dice. Su hija Clara se ha despertado y se sienta junto a mí. Llegan dos amigos de Daniel, hablan de un libro con pasión. Les pregunto el título varias veces porque con la música no oigo nada. "Las berenjenas de Vonnegut", de Adorno. Empiezo a sospechar que pasa algo porque no es muy normal que, tan temprano, haya salido dos veces en una conversación la palabra berenjena.