miércoles, 16 marzo 2011. Estoy en la terraza de un bar con unos amigos. Andrés está al otro extremo de la mesa, me río sola al oírlo hablar, me hace gracia cómo comienza las conversaciones. Por ejemplo, le dice a una chica con cara de asombro, como si fuera una noticia de última hora: ¿Te has enterado? Cuando la chica lo mira con curiosidad, él le dice: Sé hacer jabón. Javier aparece con un bote enorme y lo deja encima de la mesa. Dice que es un test de embarazo. Purranki, sentado a mi lado, dice que su mujer tuvo que hacerse un test muy complicado. Llevaba hasta cables, dice. Yo les cuento que una vez compré uno en una farmacia, sólo había que poner unas gotas de orina y esperar cinco minutos. En una pantallita, simplemente, aparecía escrito sí o no, les digo. Eso era un test para saber si estabas viva, dice Purranki. Pues me salió que no, le digo. Se ríen.