martes, 29 marzo 2011. Me asomo al escaparate de un todoacién. Dentro veo a Elisa y Andrés elegir entre dos termos de plástico. Los termos son iguales, incluso del mismo color. Les hago señas y golpeo el cristal con los nudillos, pero no me ven. Apoyo la frente el cristal y los miro con pena. Quiero irme a casa, pero pienso que si despego la frente del cristal quedará una mancha de grasa y, pensar eso, me entristece aún más.
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Me cruzo con Elena, una compañera de colegio a la que hace tiempo que no veo, por el puente que me lleva a casa. Alza los brazos y me grita: ¡Recibí tu felicitación!
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Parece un congreso y se celebra en un bar. Por más que miro la información que nos han dado en una mochila negra no logro entender de qué va. No conozco a nadie. Veo a un chico que, para hacer gracia, se ha puesto una peluca de Pippi calzaslargas. Decido sentarme a su lado porque los demás tienen una pinta muy seria. ¡Manuel, qué alegría verte!, le digo. No sabe de qué le hablo. Pienso que quizá he viajado en el tiempo y todavía no nos conocemos. Miro de nuevo la mochila y el logo del congreso es una nave espacial. Miro a Manuel encantada, pensando que por fin voy a estar con él unos años antes de conocerlo.