piedra tiburón y cajas vacías

lunes, 12 febrero 2024. Estoy sentada en un banco de una plaza. Una chica se sienta a mi lado. Veo pasar a Juan (lleva traje gris y corbata). Se acerca a un parterre, coge una piedra y me la trae sonriente. La piedra es gris y blanca, tiene forma de tetraedro y, según la mires, parece tener cara de tiburón. La chica se asombra de que un desconocido me de una piedra, no sabe que nos conocemos. Juan se aleja. La chica me pregunta si sé de algún trabajo. Le digo que no, pero pienso que quizá Juan necesite alguien que lo ayude en casa. Voy a buscarlo, pero no doy con él. Miro el reloj, son las 14:45h. No sé dónde estoy ni cómo volver a casa.
+
ablo por teléfono con mi madre. Me cuenta que está en Estepona y que cuando voy a ir a recogerla. Pienso que ha perdido la cabeza. Mi hermana aparece de repente. Qué bien que hayas venido porque mamá no está bien, le digo. Sin hacerme ningún caso, abre las puertas del armario de mi dormitorio y mete una escoba debajo de la cama para buscar algo. Aparecen cajas. Me pide explicaciones. No sé qué son, pero le voy diciendo: esta es la caja del viaje a Cuba, esta la del viaje a Berlín, esta la de Estambul, esta la caja Nueva York, esta la de Escocia, esta la de Eslovaquia... Según se las voy a enseñando y las voy abriendo y apilando. Todas están vacías. Parece quedarse tranquila. Después mete de nuevo la escoba y salen muñecas viejas despeinadas llenas de polvo. Dice que son suyas y quiere llevárselas. Yo me alegro mucho porque no las había visto nunca y, además, se ha quedado el dormitorio limpio.