miércoles, 4 mayo 2011. Virginia, Manuel y yo subimos el camino que lleva hasta el merendero "Casa Demetrio" de La palma. Hablan de ir después a la playa. Les explico que la dermatóloga me lo ha prohibido. Virginia saca del bolso unas tiras de papel de seda, le da la mitad a Manuel y me los van pegando a los brazos sin dejar de andar. Se supone que servirán como crema protectora. También hablamos del mérito que tiene Cumpián organizando lecturas en sitios tan peculiares. Cuando llegamos, en la explanada ya no quedan mesas libres. Sólo una con una botella de vino tinto que, suponemos, es la mesa de Cumpián. Entramos, pero también está lleno. Virginia dice que quiere operarse el pecho. Ni se te ocurra, le digo espantada. En todo caso me operaría yo para quitarme la mitad, añado. Manuel nos mira y se ríe, toma apuntes de nuestra conversación. Pero dile algo, le digo a Manuel. Mientras tanto Virginia ya se ha quitado la camiseta y se hace marcas en el pecho con un rotulador.