deseos

viernes, 30 enero 2009. Joan acaba de regresar de un viaje. Mientras caminamos haciendo equilibrio por el borde de una fuente, me cuenta lo que ha visto y me dice que tiene un regalo para mí. Saca una moneda del bolsillo y me la entrega. La moneda está a punto de caer en la fuente, pero la agarro al vuelo. Menos mal, le digo, porque todos mis deseos están cumplidos.