dicharachera

jueves, 13 junio 2024. alguien ha organizado en mi casa una fiesta para encontrar pareja. El cuarto de estar está lleno de gente que no conozco. Alberto va repartiendo copas de vino. Cuando llega a mi lado me da la botella, no sé si para que siga sirviendo yo o para que beba directamente de ella. Un tipo con aspecto de tortuga (parecido a un personaje de los Simpson) se me acerca. No recuerdo exactamente sus palabras, pero algo así como que qué bien habernos conocido y saber cómo soy. Muy serenamente doy un trago directamente de la botella y le digo que no me conoce de nada, que solo he dicho cuatro frases dicharacheras y no puede sacar conclusiones. Que te quede claro que no soy dicharachera, le digo. Me arrepiento, pero es demasiado tarde para arreglar nada. Él no tenía la culpa de mi mal humor (no soporto tener tanta gente desconocida en casa). Una chica con el pelo muy mal teñido, quemado, me da las gracias porque dice haber conocido al hombre de su vida, que mañana mismo se van de viaje en coche, a la aventura. No puede ser, pienso. Es. La chica y Javi se van de la mano. Los veo alejarse desde el portal (que no es el de mi casa, parece la escalinata de una iglesia). ¡Buena suerte, tened cuidaíto con el coche!, les digo pero Javi no puede oírme porque lleva los auriculares puestos. Siento una tristeza inmensa. Vuelvo a la fiesta. Alguien pregunta si puede poner música y le doy mi táblet. Solo tienes que abrirla y ya están las canciones preparadas, le digo. Voy al baño. Pienso que una ducha me sentará bien, que el agua caliente acompaña. Nunca nos acostumbraremos a esto, dice alguien desde fuera justo antes de que cierre la puerta. Es la voz de Mesa Toré.