sábado, 8 junio 2024. Estoy durmiendo en el cuarto de mi hermana. Me despiertan dos chicas que llegan a hacer una inspección. La cama está revuelta (las sábanas liadas con ropa y restos de comida). El suelo cubierto de basura, zapatos y más ropa sucia. Hay varios cubos con líquido turbio (por sus caras de asco debe de oler mal). Toman muestras con unas jeringas enormes. Mueven la cama para ver que hay debajo (más basura). Se marchan sin decir nada. Empiezo a ordenarlo todo. Aparece el gato de mi hermana, se pone en pie sobre las patas traseras y me ayuda a empujar la cama a su sitio. Ay que ver, le oigo decir. Pienso que cuando le cuente a mi madre que el gato ha hablado no va a creerme.