simple

lunes, 12 mayo 2008. He terminado un libro de poemas, lo he cosido a mano. El libro es blanco, no lleva nada escrito en portada, aunque lo he titulado Simple. He quedado con Camilo para dárselo. Mientras lo espero, ojeo el libro. Dentro no hay nada escrito. Empiezo a temer que no entienda los poemas.
+
Mi hermana dice que va a ducharse, pero en realidad abre el grifo de la cocina. En ese momento suena su móvil. Mi hermana se hace la loca y tengo que hablar yo. Es mi madre, desesperada, desde la consulta del médico. Dice que lleva más de seis horas esperando y no quieren recetarle no sé qué pastillas para mi espalda. Le digo que vuelva a casa cuanto antes, que aunque le dieran esas pastillas no iba a tomármelas.
+
Me pruebo, a modo de falda, unas telas de estampados japoneses. Me miro en la luna de un escaparate. Le digo a Alberto que apague la luz de la calle. Sin luz, las telas cambian de color y estampado. Alberto me dice que las ve iguales.