túnicas

domingo, 11 mayo 08. Estoy en un bar con un grupo de amigos. Un hombre que hace de actor y cantante, se va acercando a las mesas. Cuando llega a la nuestra, le digo que no soporto estas pantomimas. Él me insulta. Lleva una capa negra e intenta asustarme, pero me levanto tranquilamente y me marcho. La camarera le dice a mis amigos que tenemos que irnos porque es la hora de las despedidas de soltera y tienen que adornar el local. Salimos a la calle y propongo ir a tomar un té. Cada uno saca de su bolso una túnica de gasa y nos las ponemos sobre la ropa. Caminamos con callejuelas que parecen Marruecos. Alberto va delante con Ayllón. Entran en una casa. Los demás esperamos afuera. Un chico muy joven nos dice que nos sentemos. Habla de la vida en otros países, y le pregunto si ha viajado mucho. Dice que nunca ha salido de su barrio, y me enseña una pistola. Le digo que la guarde antes de que nadie la vea y que nos ponga un té. Dice que no es un bar sino una casa particular y no sabe si habrá té. No entiendo, entonces, qué hacen tanto tiempo Alberto y Ayllón dentro de la casa.