miércoles, 20 abril 2011. Un primo de Alberto ha invitado a mis padres al teatro y ha insistido en que no lleguen tarde. Cuando salimos de casa, el hall está lleno de muebles, mi hermana se tira al suelo y dice que le es imposible llamar al ascensor. Del rodapié empiezan a salir cartas de un álbum que tenía de niña, el "Super-pop". Mi hermana dice que las pise antes de que se incendien. Efectivamente, si tardo en pisar alguna, arden como pequeñas hogueras. También salen bolas que parecen de chicle, pero que cuando se unen forman gusanos. Mi hermana dice que los pise o nos contagiarán enfermedades. Los piso. Es difícil y asqueroso acabar con ellos. Pienso que ya no llegaremos a tiempo al teatro. Para rematarlo, mi madre asoma la cabeza desde la cocina y dice que a mi padre se le ha caído una olla de sopa encima.
+
Mi padre me trae ilusionado un papel con propaganda del supermercado donde dice que aparece su nombre. Insiste en que se lo firme. No entiendo nada, pero lo hago. El lápiz que me da no pinta, el rotulador que me da no pinta. Mi madre dice que lo arreglará en un santiamén. Echa un tarro de arena sobre el papel y dice que escriba con el dedo. Escribo mi nombre, pero cuando mi padre levanta el papel, la arena cae y mi nombre con ella.