domingo, 10 abril 2011. Veo a Juan por la calle, lleva una maleta en la mano. Me acerco a saludarlo. Da un paso atrás. Deja que te abrace treinta segundos, le digo. Lo abrazo, él a mí no. Ya, dice. me separo de él y sigue caminando como si nada. Veo pasar a Antonio, corro tras él, quiero pedirle que me deje dormir en su casa aunque sólo sea una noche.