petimetre

domingo, 22 julio 2012. Salgo al patio de la casa de mi abuela, me dice que la ayude a tender sábanas. Me parecen pequeñas para ser sábanas, pero no digo nada. La mitad del patio está cubierto de barro. Como si mi abuela pudiera leerme el pensamiento, me dice que no lo limpie. Deja las cosas como están, dice. Mi abuela entra en la cocina. Una muñeca de colores chillones se levanta del charco de barro e intenta limpiarse la cara. Deja las cosas como están, recuerdo. Le hago fotos. La muñeca me ve y me grita: ¡Petimetre!