mecano

jueves, 1 julio 2021. Elena y yo acabamos de salir de una especie de librería. Salgo tosiendo porque había una señora fumando. Elena quiere volver para pegarle. Le cuento que una niña me ha dicho que de mayor quería ser muchas cosas pequeñas y me había enseñado como muestra de que era verdad un puñado de bolitas de anís de colores (en el sueño tenía sentido). Un chico pelirrojo que parece de un país del Este nos pregunta algo. Elena y él hablan. Yo miro un edificio donde han cambiado una de las platas por piezas de mecano. Alguien me explica que ahí vive una youtuber que da las noticias y el tiempo. A pesar de tal despliegue arquitectónico, saca dos cartones con números (como en los marcadores de fútbol antiguos) que marcan la temperatura. No comprendo nada. Vuelvo a la conversación con Elena. Hablan del precio de los libros. El chico pelirrojo dice que quince euros por libro no está mal. Opino que si costaran sólo cinco se venderían muchos más. El chico se despide al cabo de un rato. Ahora lleva una chaqueta que le queda grande. Visto desde lejos parece un señor antiguo, le digo a Elena. Justo eso, responde.