taxi-ducha

lunes, 28 diciembre 2016. Me estoy duchando en una ducha inteligente que suelta agua en el momento justo y en el lugar preciso según lo pienso: pienso pelo, un chorro perfecto cae sobre mi cabeza; pienso axilas, y chorro del pelo se cierra y me enfocan dos chorros horizontales. Y así cada parte del cuerpo. Los chorros de agua adormecen la piel. Me quedaría aquí para siempre, pienso. Al abril la mampara, la ducha resulta ser un taxi-ducha. Dos niños, desde los asientos delanteros, me dicen que se lo han pasado bomba. Supongo que han estado fisgando, pero me da igual. Tengo que volver a casa. Llevo el pelo mojado y la ropa hecha una bola entre las manos. No reconozco las calles ni me suenan los neones de las tiendas. Me siento bien.

cilindros y un saco

tenías una casa
a la que se subía
por escalones cilíndricos

no era fácil,
pero era más difícil bajar

un saco gris
hacía de sillón

después, un restaurante
elegantísimo
donde cada cual dibujaba
lo que iba a comer

habría preferido
comer en tu casa
pero dijiste
que detestabas las mesas

sábado, 26 diciembre 2015

un día feliz

miércoles, 23 diciembre 2015. Marcos y yo paseamos, de repente por el campo, de repente por calles. Entramos en lo que parece la tienda de un museo. Ángeles (que parece que trabaja allí) nos explica una serie de cestos con souvenires. Me mira como diciendo "¿Otra vez aquí?", aunque yo tengo la sensación de no haber estado nunca. De la tienda se pasa a un bar. Mis tías están pidiendo en la barra. Los presento, nos invitan a un chupito. Marcos me agarra para bailar. Esto parece una escena sacada de un musical, pienso, pero no le digo nada porque nunca lo he visto tan feliz. Nos sentamos en un puf muy bajo a ver una película, me voy resbalando. Marcos dice que me abrace a él y que me duerma si quiero. Cuando termina nos miramos y nos reímos porque ninguno de los dos ha entendido el final. Una chica desde una mesa (como si me hubiera leído el pensamiento), dice que hay dos películas más, por eso no hay final cerrado. Buscamos un teléfono para avisar (no sé a quién) de que llegaremos tarde. Date prisa, debe de estar muy preocupada, le digo a Marcos. El teléfono del bar tiene los números cambiados de sitio, algunos sólo son pegatinas, otros ni existen. Salimos en busca de una cabina. Por la calle le señalo edificios enormes y majestuosos (se supone que yo conozco esa ciudad). Atravesamos una iglesia. En un banco lateral hay cajetillas de tabaco apiladas. Un hombre con bigote me pregunta si lo puede hacer al revés (llevarse una; se supone que son donaciones). Se ríe, me río, salgo a una plaza y se ha hecho de noche. Aparecen Javi y Nacho. Nacho me da dos besos muy sonriente (no lleva barba y parece mucho más joven). Le pregunto a Javi si tiene móvil. No, pero dice que al fondo de la plaza hay una cabina. Marcos y yo los dejamos haciéndose fotos a la puerta de la iglesia y corremos para llamar por teléfono. La cabina parece un urinario. Mientras Marcos llama, paseo por la plaza (fea y triste, aunque es de día de nuevo). Otro Marcos, pero con gabardina, me pregunta si ya está llamando. Le señalo sus propios pies, a lo lejos, detrás de la cabina-urinario. Mientras miro a los dos Marcos, uno llamando y el otro levantando hojas al caminar, pienso que debe de tener mal genio al despertar.

ascensor

jueves, 17 diciembre 2016. Abro la puerta del ascensor y ahí está Antonio, sonriente. Nunca lo había visto tan feliz. Bajamos. Ya en la calle, me abraza durante un rato. Antes de comenzar a andar me pregunta, ¿Librería? Librería, respondo.

saturación

lunes, 14 diciembre 2015. Parece una casa antigua con muchas habitaciones separadas por puertas acristaladas. En cada habitación un partido da conferencias. Albert Rivera me pide su agenda. Al parecer la he olvidado o perdido. Lo están esperando y no puede esperar. Como pienso que no va a consultarla, le doy una agenda enorme que me acaban de regalar en el hotel.
+
Se supone que debemos escapar, pero en el sueño no consta el porqué. Sr. Chinarro dice que no me quede atrás, me anima continuamente. Yo me distraigo por el camino mirando unas flores muy raras que hay en unas jardineras. Acabo por perder al grupo. Cuando llego a una gasolinera donde vive una familia de indios, me icen que el grupo pasó hace horas y que sería mejor que me quedara a vivir con ellos. Me tienden un sari muy sonrientes.
+
Después de una lectura, Cristina debe ir a recoger a su niña de la guardería. Me pide que me encargue de pasear a Eslava Galán hasta que ella vuelva. Lo tomo del brazo y caminamos cerca de un parque. A cada paso se va convirtiendo en un saquito térmico relleno de arroz con unos ojos enormes. Me cuesta arrastrarlo. Me pide tirarse por el tobogán. Parece muy feliz.

barro

miércoles, 9 diciembre 2015. Mi madre pelea en el barro con una chica. No sé cómo sacarla de allí. Cuando suena la campana la envuelvo en una toalla. Cuanto más la envuelvo más pequeña se vuelve. Mide unos 20 centímetros, está inconsciente. La arropo en una cama de juguete, le hablo, le pregunto si quiere seguir luchando o si prefiere irse a casa, le pido que me responda. Nada. Alguien me dice que acaban de llamarla para que vuelva al ring. Sólo he oído un nombre en ruso, digo. Es su nombre de luchadora, me dicen. Mi madre sigue inconsciente en su cama de juguete. No vas a luchar más, nos vamos a casa, le digo.

visita

sábado, 28 noviembre 2015. Antonio y yo hemos quedado con alguien, en una plaza, junto a un muro. Pienso que no tenemos donde sentarnos a esperar y aparece un catre que da a una cristalera. Antonio se recuesta. Llega un tipo en silla de ruedas, me pregunta si le he llevado el DVD. Sí, pero en papel, le digo. El tipo se pone muy contento a pesar de que dentro de la funda hay hojas sueltas con notas escritas. Me tumbo en el catre, llevo calcetines rojos. Antonio dice que no le gustan los calcetines de colores. Me los quito y le acerco los pies a la cara para que se ría. Deberíamos volver, le digo. Desde la cristalera vemos que hay varias paradas de autobús, por una pasa el C1 por la otra el C2. Cualquiera nos sirve para volver, dice Antonio. De repente me doy cuenta de que ya no está vivo. Volveré en el C2, tú no necesitas ningún autobús para volver, le digo tomándole la mano.

soñé contigo

querías escribir un libro
sobre mi hermana

me explicabas cada capítulo
mientras yo me dormía

ven aquí, anda
te dije

lunes, 9 noviembre 2015

naranja

viernes, 6 noviembre 2015. Tengo una melena larga y naranja. Al echarme el pelo hacia un lado me quedo con un mechón enorme entre los dedos. Daniel, que está sentado a mi lado, me pregunta si me lo he cortado. Se me ha caído, respondo. Se le abren mucho los ojos. Dice que él podría igualármelo.
+
Javier y Daniel me cuentan que después de la boda fueron a un bar. Se supone que yo también fui a esa boda, pero me retiré pronto. En el bar hubo un encuentro muy desagradable, dice. No quiero preguntarles nada, pero Javier lo repite muchas veces. Se van. Me siento al sol en una plaza enorme. Llega un tipo medio loco, se pone detrás de mí y me habla de su novia. Me cambio de sitio, me sigue. Un tipo que me resulta familiar dice que puede acompañarme a buscar a mis amigos. ¿Cómo sabes eso? Sé cosas, dice. Noto que intenta animarme. Me cuenta que una amiga le ha puesto a su hija Naranja. Yo tengo un amigo que le puso a su hijo Duende, respondo. Y en ese momento a parece Héctor, el padre de Duende. Tiene los ojos y la piel como si se hubiera hecho un lifting, parece más joven. Aunque también más triste. Tienes la piel tan..., y sin dejarme terminar la frase, se sienta en el suelo, en un rincón a llorar.

parece

domingo, 1 noviembre 2015. Parece el porche del recreo de mi colegio. Parece que hay una fiesta. Hay sillas blancas de plástico desordenadas, como si hubiera habido público y ya se hubieran marchado. Hablo con alguien. Este es Federico del Barrio, digo orgullosa. No sé de qué hablamos. ¿Te imaginas que muriéramos el mismo día?, dice Federico de repente.

monopatín

jueves, 22 octubre 2015. Bajo la cuesta con un monopatín en la mano. Se supone que voy a recoger el portátil porque ya está arreglado. El monopatín me pesa cada vez más. Mientras bajo, pienso en si podré después subir con las dos cosas, el monopatín y el portátil.

reloj muy moderno

jueves, 15 octubre 2015. Eras muy joven y musculoso. Llevabas un reloj de pulsera que proyectaba películas dentro de un armario.

diamante mandarín

miércoles, 14 octubre 2015. Un gato juega con mi monedero. Pienso que debe de haber algo dentro. Al abrirlo salen unos diez pájaros pequeños con el pico rojo y la cara naranja. Precioso espectáculo. Corro a abrir la ventana para que puedan escapar.

sofá

viernes, 9 septiembre 2015
estábamos en el sofá de la casa de mis padres,
pero en el suelo, con las cabezas apoyadas en el sofá
muy incómodos visto desde ahora

tú decías: ¿qué pasa con aquello en lo que quedamos?
yo decía: no me apetece

y te ibas enfadado

un sueño en un sueño

sábado, 3 octubre 2015. Una chica se contorsiona al ritmo de Satie en una cancha de baloncesto. Antes de que termine, el público aplaude brevemente y desaparece de inmediato. Un tipo se acerca y me da postales conmemorativas del evento con cara de decepción. Gracias por permanecer hasta el final, dice. A la salida hay una librería. Reparto las postales a los que pasan por delante de la puerta. De repente pienso que una vez quedé con Jota en esa misma librería. ¿Quedé de verdad o sólo lo soñé? Recuerdo nítidamente que estaba sentado a mi lado y cuidaba de una niña que, se suponía, era su hija. Si quedamos de verdad recordaría su cara, pienso. Por más que lo intento no consigo ver su cara.

abrazo

miércoles, 30 septiembre 2015. Una alfombra roja enorme cubre todo el suelo de una habitación vacía. Alguien me dice que sostenga una radio. Harás de antena, dice. Sólo funciona si la abrazo.

un lugar en el mundo

lunes, 28 septiembre 2015. La casa de mi abuela cae desde el cielo a una playa y queda encajada de mala manera muy cerca de la orilla. Me cuesta abrir la puerta. La orilla está llena de piedras que brillan cuando se mojan. Miro hacia un lado y otro. Nada, nadie. Una playa completamente desierta. Pienso que quizá pueda quedarme a vivir allí. Así podría vivir desnuda y bañarme en el mar a todas horas, pienso. 

cadáveres exquisitos

domingo, 27 septiembre 2015. Daniel me presenta a un amigo. Me parece muy joven. Hablamos de discos. Ella tiene pocos, dice Daniel, y yo abro los brazos para señalar cuánto ocupan. El chico se ríe. Daniel y yo hablamos mentalmente: ¿Qué edad tiene? No le preguntes. Le echo unos 20. No le preguntes. ¿Qué edad tienes? Diecisiete, dice el chico. Le propongo comprar un disco cada uno y hacer dos copias. Así tendríamos tres discos cada uno. Eso ya lo hacíamos, dice Daniel. Sí, pero ahora tendríamos tres.
+
Recibo un mail de Jota. Me envía una foto de su hijo. Explica que después de la foto pidió que le cortaran el pelo y tuvo una enorme rabieta. Intento contarle algo sobre mis sobrinos, pero parece que haya olvidado cómo se redacta.

filloas chinas

sábado, 26 septiembre 2015. Llego al puerto, me siento sobre unas piedras enormes. Unas chinas hacen filloas en un hornillo. Sin querer les tiró unas al mar.

el jardinero infiel

martes, 22 septiembre 2015. Parece que mi misión es decirle a Helena que sus padres no son sus padres, que en realidad su madre es una tía de Alberto (de 93 años) y su padre un jardinero de Madrid con el que tuvo un desliz.

el cuco

domingo, 20 septiembre 2015. Parece que he ido a una casa en las afueras de una ciudad a entrevistar a un chico del que dicen es "El azote del barrio". Hablo con sus padres, tienen muchos hijos, la casa es un desastre, como si hubiera pasado un tornado. El chico sin embargo es muy amable y responde a todas mis preguntas. Cuando salgo de la casa hay varios periodistas que me preguntan si soy la nueva novia del "El Cuco".

capa negra

martes, 8 septiembre 2015. Me encuentro a Blanco al cruzar la Plaza de la marina. Hay unos 500 agentes para ordenar el tráfico. Tantos que los coches no pueden moverse. Todos llevan una cinta fluorescente rosa a la cintura. Blanco le pregunta a uno de ellos si han encontrado algo porque ha perdido cosas importantes. El agente no sabe nada. Yo estaba sentado allí, dice Blanco señalando un punto en el asfalto. Sí, han encontrado algo, dice el agente. Blanco y yo cruzamos. ¿Qué has perdido? Todo. ¿El móvil? También. ¿El portátil? Todo. ¿Por qué no le has dado detalles? Lo he perdido todo, ¿llevas dinero? Al meter la mano en el bolsillo, me doy cuenta de cómo voy vestida: pantalón y jersey de lana negras, y una capa anudada al cuello. Por la calle todos van vestidos de verano. Entramos en un bar muy pequeño. Pedimos dos cervezas. Cumpián está detrás de la barra, pero parece que no nos reconoce. Nos sirve dos copas de cava con muy poca cerveza. Sin embargo nos pone dos platos enormes de comida como tapa. Se nota que nunca ha sido camarero, pienso. Dos señoras muy mayores que estaban al final de la barra se lanzan a comer de nuestros platos. Comen a lo loco, manchándose las manos y la cara.

la silla salvaje

sábado, 22 agosto 2015. Camino con un chico desconocido por unas calles desconocidas. Eso hace que me sienta especialmente a gusto. Llegamos a un concierto al aire libre. Una chica me pregunta si he probado "La silla salvaje". Me lleva al escenario, me sienta en una silla de cuero y noto como algo o alguien me da pequeños mordiscos. Puedes ir donde quieras, dice. El público aplaude. Me veo bajando una escalera de caracol que lleva a una pequeña sala de baile. El chico desconocido está esperándome. Bailamos. Las otras parejas van vestidas a la moda de los saloones del oeste. Me veo en un pasillo donde me arrastran hacia unas habitaciones tipo monasterio. Otras chicas me miran con asco. Ellas van vestidas muy recatadas y yo llevo un vestido tipo can-can. Me pego a la pared, cierro los ojos y deseo: Quiero salir de aquí. Noto que alrededor de mí se forma una caja vertical, como un ataúd. Puedes salir cuando quieras, oigo decir. 

un tornado

domingo, 16 agosto 2015. Primero un tornado, después una canoa. Buscar supervivientes. Van llegando por su propio pie. Maletas en una cinta transportadora. Se supone que es buena señal. Todas las maletas menos la mía.

unas alas enormes

martes, 4 agosto 2015. Dábamos muchas vueltas. Yo tenía que volver a casa de mis padres para prepararles la cena. Llamabas a mi madre por mi nombre. Mi hermana nos mira desde la cama. Mi madre dice que todos tienen fiebre. Y dábamos muchas vueltas por calles por casas, atravesábamos como si nada calles y casas. En alguna nos ponían la mesa, una fuente llena de tartaletas de manzana. Yo veía el truco de todo aquello. Encontraba un papel que habías pegado cerca del cuello, en el interior de mi rebeca. Veía el truco. Me marchaba sin enfadarme, pero me marchaba de todos modos. Tú te arrepentías, me dabas una caja llena de tarjetas escritas a mano. Un tipo me ponía unas alas enormes, advirtiéndome que eran alquiladas y en dos horas debía devolverlas. Aunque me regales alas no voy a cambiar de opinión, te decía. Y seguíamos dando vueltas.

tu voz

lunes, 3 agosto 2015. Habitación con paredes encaladas. Luz de fluorescentes. Ventanas alargadas pegadas al techo. Da la impresión de un sótano. Formamos filas. Vamos de uniforme (camisa blanca, falda o pantalón gris). Algunas caras me resultan familiares. Quizá sean niñas del colegio que se han hecho mayores. Suena el teléfono. Está en la pared junto a la reja que hace de puerta. Un tipo, sin descolgarlo, dice que es para mí. Es la voz de Joan. Antes de que diga nada le advierto: Manos libres. Me cuenta cosas que ve, dice que vendrá a por mí y, nada más decirlo, ya estamos juntos caminando por la calle.

basura

sábado, 1 agosto 2015. Camino con mi padre. Cruzamos la Plaza de los monos. En la esquina, junto al semáforo, hay basura amontonada. Mi padre ve un puro a medio fumar y se agacha a cogerlo. Me extraña mucho porque siempre ha sido muy escrupuloso y además ya no fuma. Rebusca entre el montón de basura hasta dar con un tubo para guardar el puro. Junto al tubo hay unos utensilios de cocina de madera completamente nuevos y limpios. Dudo si llevármelos a casa. 

tres sueños sin hilo

miércoles, 29 julio 2015. Llego a una casa con terrazas a distintos niveles. Se oye griterío, sonidos de fiesta. Juano orina desde la terraza más alta. Intento esquivarlo. Intento avisar a los demás de que tengan cuidado. Los demás parecen encantados y gritan y saltan mientras él los moja.
+
Hay un bebé recién nacido sobre una cama. Parece muerto. Ha nacido muerto, me confirma la que se supone es su madre. Me extraña que lo diga con naturalidad, sin rastro de dolor ni tristeza. Le digo que dicen los expertos que, para tal trance, es bueno fotografiarse con el bebé, como si estuviera simplemente dormido. Lo cojo para demostrarle cómo. El bebé me mira y se ríe. ¡Está vivo!, le digo a la madre, ¡sólo estaba gastándonos una broma!
+
He quedado con Daniel en una plaza enorme y desierta. Aparece entre los soportales. Va muy abrigado, con jersey grueso y una chaqueta de lana. Parece feliz, pienso. Lleva un libro entre las manos, lo ojea mientras camina hacia mí. Me da un beso, me enseña el libro, dice que acaba de descubrir a Vonnegut, que tengo que leerlo. Está tan emocionado que no le digo que ya leí todos sus libros. Una chica pasa en moto a toda velocidad. Me parece que te ha saludado, dice Daniel. Al volverme veo los rizos de Sofía a toda velocidad.

prótesis

domingo, 26 julio 2015. Alguien me enseña dos prótesis de silicona para que elija una. Gracias, pero, en todo caso, si me opero es para reducirme el pecho, le digo. Entonces parte por la mitad una de las prótesis como si fuera un trozo de pan. No ha entendido nada, pienso.

dolor inminente

sábado, 18 julio 2015. Alguien limpia las puertas de los muebles de una cocina, pero en realidad los ensucia. Yo tengo prisa, pero intento ayudar. Tropiezo con un cubo de agua y caigo al vacío. Mientras caigo, pienso en si el impacto dolerá mucho.

avispas

dices que soñé con avispas
y tuviste que despertarme

y yo te creo
porque creo en las avispas
pero, sobre todo
porque creo en los sueños

(lunes, 6 julio 2015)

jardines vecinos

viernes, 3 julio 2015. Llego a la casa de mi abuela, están haciendo obras. De repente se ha hecho de noche y mi tía quiere enseñarme el jardín. Verás qué sorpresa, dice. Me temo lo peor, pero resulta que han tirado los muros que separaban los jardines de las otras dos casas y ahora tenemos un jardín enorme con árboles y hasta una fuente. Me pregunto si tendremos que compartirlo con los vecinos.

ángulo muerto

jueves, 2 julio 2015. Desde la ventana del dormitorio de Salitre veo a cuatro chicos que caminan juntos. De repente discuten. Uno de ellos le dice al otro que cruce la acera y le dispara sin mediar palabra. Que bajo el ángulo muerto y no puedo ver qué ha pasado. Después veo caer a dos más y finalmente el que disparaba también cae.

tres caballos

lunes, 29 junio 2015. Estoy en una habitación de hotel. A los pies de la cama hay un espejo muy grande. Puedo ver a quien entra a la habitación dos segundos antes. Una chica me ofrece un plato pequeño con un bombón, que finalmente se come ella. Se va. Entra un chico con una lista de instrucciones. Se va.Entran dos chicas vestidas de payaso. Les digo que quiero dormir, que se vayan. Entran dos payasos gordos y les digo que se vayan con gestos. Veo, a través del espejo, que están a  punto de entrar tres caballos. Grito que se vayan. Sólo entra uno. El caballo se mete mi mano en la boca. No me duele. Pienso que quizá esté entrenado para no hacer daño o quizá le hayan sacado los dientes. Aprieto la mandíbula al caballo. El caballo se queja. Le dice, hablando, al jinete que deja ese trabajo, que está harto. Al fin se van todos. En el armario encuentro un micrófono que alguien ha colocado y un robot de cocina. El robot da vueltas y hace un ruido infernal. No sé cómo apagarlo.

patos, gatos, nada

martes, 16 junio 2015. Hay un estanque con patos. Uno persigue a otro que, a pesar de ser un pato, tiene gesto de estar cansado. Intento separarlos con una vara. Los patos se convierten en gatos. El pato con gesto de estar cansado es ahora una gata a punto de parir. El pato que la perseguía es ahora un gato que quiere comerse a los gatos recién nacidos. Intento mantener a raya al gato con mi vara. Cuando al fin nacen los gatos, se convierten en pequeñas masas de gelatina. La gata se ha convertido en una raspa de pescado.

(des)concierto

lunes, 8 junio 2015. Voy en coche con Cantos. Al tipo que va delante se le cae una especie de gomaespuma enorme en la calzada. Cantos quiere ayudar y da la vuelta. ¡Vienen coches de frente!, le digo alarmada. El hombre dice que ha tirado a propósito la gomaespuma. Cantos vuelve contrariado. Nos encontramos con Alberto y Salvatore. Tenemos entradas para un concierto. Una chica nos dice que no olvidemos llevar nuestras propias sillas por si nos entra sueño. Mientras esperamos a que nos recojan, bajo al bar. Hablo con algunos amigos, intento convencerlos de que vengan al concierto. Subo de nuevo y ya se han marchado. No comprendo por qué no me han avisado. Me enfado muchísimo. Juro a gritos que nunca volveré a verlos.

flanes

miércoles, 3 junio 2015. Joan tiene un hermano gemelo. Aparecen de repente. Los dos llevan unos sombreritos muy pequeños que parecen flanes. Al parecer quien cantar y bailar algo para que yo los vea. Siento alegría y vergüenza ajena.

rodapiés de pelusa

viernes, 22 mayo 2015. Hay que limpiar la casa porque, al parecer, alguien va a dar una fiesta. La casa es la casa de mis padres, pero cuando me asomo a la terraza lo que veo es la calle y el río de mi antigua casa. Cuando paso la escoba por los rodapiés, se convierten en masas de pelusa gris. Empiezo a agobiarme porque la casa no acaba de parecer limpia. También pienso que a mi padre no le hará ninguna gracia que vaya a haber una fiesta.

al vacío

miércoles, 20 mayo 2015. Tengo que leer poemas en un aeropuerto. Hay una escalera con gente. Un chico está sentado en el borde de la barandilla. Ten cuidado, puedes caerte, le digo. Cae. Me asomo pero no se ve nada. Parece no importarle a nadie. Busco a alguien que me ayude. Bajo a un sótano donde hay un bar lleno de enfermeros. les intento contar lo sucedido, pero nadie me hace caso.

quark

domingo, 17 mayo 2015. Antonio me pidió un libro y escribió: "para mi amigo juanpardovidal, quark". Le pregunté qué quería decir y dijo que se lo diera, que él lo entendería. Después nos tumbamos a mirar el techo, y en el techo había una claraboya y se veía un cielo muy azul y unas ramas de árbol. ¿Te acuerdas de las primeras veces que leíamos poemas en los bares?, ¿de la ilusión que nos hacía?, yo he perdido eso, la ilusion, dije. Y él no dijo nada, me secó las lágrimas con el pulgar y me besó los ojos.

celebración

lunes, 4 mayo 2015. Parece un bar, pero se supone que es la casa de Daniel. Me pregunta si iremos a su boda. Pero si ya fuimos, le digo. Al parecer era la boda de la novia y ahora es la boda del novio. La hermana de Daniel dice que la celebración será en Edimburgo.

niebla

viernes, 1 mayo 2015. Llego a la casa de mi abuela. El sueño es muy blanco, como si estuviera amaneciendo un día muy nublado o como si todo estuviera cubierto de niebla. Mi familia está en el jardín, en pijama, abrigados con mantas sobre los hombros. Pregunto qué pasa. Me cuentan que la noche anterior mandaron a mi madre a sacar dinero del cajero y todavía no ha vuelto. Pregunto si han salido a buscarla o si han llamado a la policía. Me dicen que no, que estaban esperándome para que yo lo hiciera.

sopa de sangre

Desde una de las ventanas de la casa de mi abuela se puede ver el acueducto de Segovia. Me pregunto si siempre ha estado ahí y nunca me había fijado.
+
Alguien me pone delante un plato sopa de tomate. Más bien parece gelatina opaca muy espesa. No está mal de sabor, pero al pensar que es un plato de sangre, lo devuelvo al plato.
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Yo esperaba en una carpa. Había mucho público en sillas de terraza y Antonio entraba triunfal, saludando, sin timidez alguna. parecía más joven, más delgado, llevaba ropa juvenil (una sudadera con capucha y sin mangas), parecía completamente feliz.

moqueta granate

viernes, 17 abril 2015. Estoy en unos grandes almacenes y siento la necesidad imperiosa de huir. Bajo escaleras a toda velocidad. Me resulta muy fácil porque al estar enmoquetadas mis pies resbalan sin necesidad de esfuerzo. En una de las plantas leo "Baby's room". Entro. Hay camas y móviles de trapo para poner sobre las cunas. Sobre una de las camas hay una colcha estampada con elefantes. Deseo que sea un retal para poder robarlo. Lo es, lo doblo rápidamente y lo escondo bajo mi ropa. Pienso que quizá haya cámaras de vigilancia, y corro de nuevo escaleras abajo. Una vez en la calle, una familia vestida a juego como visten los turistas, camina por el borde de unas zanjas. Queremos pasar miedo, dice uno de sus hijos. Bien, responde el padre, buscaremos zanjas cercadas con aluminio.

laberinto encalado

domingo, 12 abril 2015. A ratos parece un festival de música, a ratos la feria de la cerveza. Llevo unas gafas de sol enormes. Me vienen bien porque todo es muy blanco, paredes encaladas, locales que sólo son paredes y escombros. No sé si busco a alguien, pero me paso el rato corriendo de un lado a otro y encontrándome a multitud de amigos y conocidos. Intento encontrar la salida como quien intenta escapar de un laberinto.

más cine, por favor

yo señalaba cada edificio vacío
tú asentías

tú buscabas una calle empedrada
para rodar una escena
yo no entendía de dónde tanta sangre
ni para qué la mezclabas con leche

sangre holandesa
oí decir

(sábado, 11 abril 2015)


pimientos

viernes, 3 abril 2015. Hablo por teléfono con mi amiga Begoña mientras el suelo de la habitación se llena de pelos. Se me pegan a los calcetines. Resulta agotador. Me cuenta que queda cada semana con el escritor Chivite y él le cuenta entusiasmado que ahora dedica su tiempo a un huerto ecológico. Su especialidad son los pimientos, le ha dicho.

otra habitación de hotel

balcón abierto
ella limpia las sábanas de granos de arroz

parece verano

después del insomnio
las piernas encajan
los hombros encajan
las palabras encajan

puerta cerrada
él quiere marcharse para siempre

parece


(lunes, 30 marzo 2015)

lejos del frío

una habitación desordenada
la persiana rota
quién sabe si llueve

sombras al final del pasillo
alguien a quien ordeno que prepare café
la puerta necesita burlete

en una pelea se lanzan cáscaras de pipas
pasa un tren con dos gigantes
y no estás allí para verlo

(miércoles, 25 marzo 2015)




closing time

miércoles, 18 marzo 2015. Estoy sentada junto a la ventana del que era mi cuarto de niña. Sobre la mesa no hay nada y me resulta extraño. Por la ventana entra la voz de Tom Waits y me pregunto a qué vecino podrá gustarle. Mi madre asoma la cabeza y dice: Y está poniendo el Closing time completo!

la tristeza del ventrílocuo

martes, 17 marzo 2015. Estoy en la recepción de un hotel. Todos cuchichean sobre por qué estará triste el tipo que hay apoyado en el mostrador. Parece que tiene un niño o un muñeco sobre las rodillas. No comprendo que la tristeza de ese hombre cause tanta expectación. De repente aparece una señora agitando unas cuartillas. ¡Lo tengo, lo tengo!, grita. He hecho un estudio y está triste por la temperatura. ¡Ohh!, exclaman todos. Está triste, ¿porque tiene frío o porque tiene calor?, pregunto. Todos me miran como si hubiera dicho alguna aberración. Me castigan. Tengo que ser yo quien se lo diga, pero el hombre ya no está. Lo veo entrar por una puerta abatible. Corro tras él. Paso por una cocina enorme, por una lavandería, por unas habitaciones vacías muy blancas y finalmente llego a un túnel. En el túnel se preparan dos bandas para una pelea. Son enormes, parecen jugadores de rugby, se arman de palos y barras de metal. Escapo por una puerta lateral que da a una sala llena de máquinas, todo está lleno de grasa. Busco un rincón para esconderme. Ya me encontrarán, pienso. Al cabo de un rato alguien me pregunta si tengo hambre y me da un bol con fideos. La sala es ahora una azotea. Familias enteras se pasean como si estuvieran haciendo tiempo. Una niña pequeña me abraza. Lleva una manta de colores tejida en lana. Al notar el calor de la lana me echo a llorar.

asfalto vs moqueta

martes, 10 marzo 2015. Soy una de las piezas de un coche. Parece que soy uno de los tubos de la parte delantera o que tengo que ver algo con la dirección, porque cuando el coche toma las curvas siento cómo me doblo y estiro. No duele, pero da vértigo. El coche va a muchísima velocidad, pero desde mi sitio veo pasar el asfalto a cámara lenta. De repente el asfalto se ha convertido en moqueta y pienso que el conductor se ha salido de la carretera y ahora vamos por un pasillo de hotel. El polvo que levanta me da ganas de estornudar, pero me aguanto para que el coche no derrape.

refugio

lunes, 9 marzo 2015. Voy en bus con mi hermana. Acaba de comprarse unas botas y las ha dejado sobre los asientos del fondo. De repente quiere ponérselas, pero alguien ha metido en la caja a un cachorro de perro que lo ha ensuciado todo. Las botas están llenas de cacas y orines de perro.
+
Estoy con un grupo de personas que no conozco y señalo al cielo. Hay muchísimas estrellas que se encienden y se apagan. Todos corren a refugiarse en sus casas. Me temo que un refugio no será suficiente. Dos chicas llegan en canoa y me dicen que vaya con ellas.

pendrives

domingo, 8 marzo 2015. Quieren robarme una bolsa con pendrives. Tienen forma de muñecos. Primero intenta quitármela mi hermana y después una pareja de actores por la calle. No puedo correr para librarme de ellos porque los pantalones me quedan muy largos y tropiezo continuamente. Mi padre dice que no le importa lo que pase porque ya tiene su móvil-pulsera. (Me despierto llorando)

erizo

sábado, 7 marzo 2015. Mi madre y yo vamos en un coche hecho de tubos naranjas. Lo conduce un tipo que, al llegar a un descampado, dice que bajemos. Empuja el coche por un terraplén y le prende fuego. Sabrán que fue intencionado, le digo.
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Me asomo a la terraza de la casa de mis padres. Los vecinos del primero tienen un erizo. La niña monta en él como si fuera un caballo. Cuando también monta el niño, el erizo queda aplastado como una alfombra. De repente, el erizo escapa y sube hasta la barandilla de nuestra terraza. Hace equilibrios por no caer, queda colgado de un pata. Le tiendo un cojín a modo de puente para suba, pero cae. (Me despierto llorando)

veinte metros

miércoles, 25 febrero 2015. He quedado con carmen y Enrique en el paseo marítimo. Los veo sentados sobre unas ruinas romanas. El cartel dice "No pisar", pero no dice "No sentarse", pienso. Helena corre hacia mí y me abraza. Está muy alta y lleva una melena lisa hasta la cintura. No te puedes imaginar el regalo que te he traído, le digo.
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Salo por un puerta muy pequeña al que era el recreo de mi colegio. Voy con dos personas más, llevamos unas bolsas de deporte enormes. Se quejan del frío, quieren marcharse. Me quito la ropa de abrigo e intento convencerles de que ya que hemos legado hasta allí, tenemos que hacerlo. Saco unas barras paralelas de la bolsa, armo en cuestión de segundos una especie de andamio. ¡Nos han pillado!, dicen y huyen. Sólo veo a lo lejos a unas niñas de uniforme. Las personas que me acompañaban han trepado por el andamio y entrado en el colegio por una ventana. Los sigo. La habitación está vacía y no hay puertas. Imagino que han escapado por la otra ventana. Calculo los metros hasta el suelo: 20 metros, me digo. Ya he saltado por esta ventana otras veces, pienso. Hay gente que pasa por la calle, algunos me señalan. Les digo que se aparten para no hacerles daño.

la ley de la levedad

viernes, 20 febrero 2015. Busco bajo la cama un anillo que he perdido. Encuentro tornillos sueltos de pendientes, trozos rotos de cadenas y hasta una corona con perlas falsas. Cada vez aparece más bisutería rota, como si alguien la estuviera echando a propósito para hacerme perder tiempo. Pienso que van a cerrar la joyería donde debo llevar el anillo para que le graben unas palabras. Ganas de gritar.

autos locos

jueves, 19 febrero 2015. Despierto en una acera de la calle Larios. La gente pasa a mi alrededor como si yo fuera invisible. Entro en una tienda a ducharme. Me apetece muchísimo un café con leche. Podría desayunar con mis padres, pienso. Por el camino encuentro obstáculos: coches amontonados en las aceras, terrazas de bar llenas de mesas y gente. Tengo que sortearlos subiéndome a algunos coches. Uno de ellos es un almendrón celeste. Rompo el capó al saltar sobre él. Miro a mi alrededor buscando testigos. Sólo hay una mujer encaramada a la barandilla de su terraza, tachando algo escrito en un cartel. Se va a caer, pienso y en ese momento veo una figura de escayola de una Inmaculada en la barandilla de al lado. De repente voy en coche. Los pies no me llegan a los pedales. Al fondo hay una piscina con unos adolescentes. ¡No!, oigo gritar. Consigo que el coche gire, pero cae de espaldas al agua. Antes de hundirme oigo decir: No la ayudes a salir, para que aprenda.

de locos

jueves, 12 febrero 2015. Mi madre ordena una habitación para mi hermana. No sé de dónde habrá sacado los muebles. Ella sola ha metido cuatro camas, varios armarios y tres mesas. Le pregunto si puedo reordenarla y quitar camas, por ejemplo para que haya espacio para moverse. Discutimos. A mí tampoco me cuesta mover muebles enormes. Mi hermana dice que está acostumbrada a tener cuatro camas. ¿Pero para qué? Vuelvo a dejarlo todo como estaba. Yo no pondría el ordenador junto a la ventana, digo. Si me lo roban ya compraré otro, dice. Salgo de allí muy triste.
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Tengo que leer poemas en un manicomio. Alberto dice que llegamos tarde y para acortar camino intenta bajar deslizándose por el tronco de un eucalipto. Desiste. Cuando llegamos ya es de noche. Mi hermana está en la puerta, esperando. Al acercarme se convierte en una niña de cinco años. Mientras Alberto busca la entrada, veo como algunos locos han escapado. Me pego al muro y protejo a mi hermana, le digo que no los mire a los ojos.

pendiente

miércoles, 11 febrero 2015. Parece un restaurante decorado como si fuera una cabaña de madera. Entra un niño y se sienta con varias mujeres. El niño es el escritor Chivite. Me extraña que lleve un pendiente. Me extraña doblemente, por ser un niño y por ser él. Pienso que cuando me vea se acercará a mi mesa a saludarme, pero pasa el tiempo y no me reconoce. La gente en la calle se agolpa porque va a pasar el Papa.  En el restaurante todos se acercan a la ventana. Yo aprovecho para ir al servicio.

pestiños

viernes, 6 febrero 2015. Llego a la casa de mis padres. Alguien ha hecho la que era mi cama, pero ha puesto el edredón como sábana bajera, y la sábana bajera como edredón. La dejo como está. En la cocina hay más de veinte botellas de agua sobre la encimera. Uso una para hacer café, pero la cafetera está rota y el agua tiene jabón. Las dejo como están. Hay una fuente enorme de roscos de azúcar y otra de pestiños. No hay nadie en casa. Miro el reloj de la cocina, todavía no son las nueve de la mañana. No sé dónde han podido ir todos tan temprano.

adn comestible

jueves, 5 febrero 2015. Subimos a la segunda planta de un bar en el que ya he estado en otros sueños. Un bar con sofás semicirculares al fondo donde también se cena. A la entrada sólo una barra. No sé qué pedir y no quiero beber cerveza. La camarera me trae una Fanta de naranja. me la bebo de un solo trago. En el fondo del vaso aparecen dos cubitos que parecen de plástico. Al sacarlos, uno de ellos se convierte en una especie de estructura comestible de ADN.
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Calle María. Le explico a alguien que esa calle me produce felicidad. Mírala bien, le digo. Hacia atrás y hacia delante sólo hay luz y sol. No me hace caso. Al llegar a Rodrigo de Ulloa, la casa donde viví de niña no existe. Ahora hay una plaza enorme con edificios que parecen sacados de una película de ciencia ficción. Los edificios se mueven a una velocidad increíble como si fueran ascensores gigantes.

arena y monedas

lunes, 2 febrero 2015. Se supone que estoy en un hotel. Mi habitación no es más que una cama sobre un escalón de arena. Al despertar, no estoy segura de si es bueno o malo dormir a la intemperie, aunque la intemperie sea una playa. La playa tampoco es gran cosa. Una de las mañanas encuentro en la arena unos pendientes de aro muy feos. Decepción.
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Un niño golpea una cabina de teléfono. Consigue unos céntimos. Cuando se marcha, paso el dedo por la bandeja y encuentro varias monedas. Quiero enseñarle a Alberto una tienda de juguetes y teléfonos antiguos, pero cuando llegamos ya han apagado las luces.

frío frío

viernes, 23 enero 2015. El escritor Chivite está en el cuarto de estar de mis padres. Parece preocupado. Siéntate, ahora vuelvo, le digo. Saco una cerveza y el borrador de un libro del frigorífico. Le tiendo las dos cosas. No te preocupes, el borrador llevaba dos días en el congelador y se han corregido las erratas, le digo felizmente.

la muerte y la doncella

jueves, 22 enero 2015. Juan se sienta frente a mí. Noto que me oculta algo, pero no le pregunto. Sé que tiene que ver con una casa y que no debo mudarme. Le agradezco mentalmente la información que no me ha dado. Entro en un bar. En ese momento suena a todo volumen el segundo movimiento de "La muerte y la doncella". Me acerco a la chimenea a calentarme las manos pero está apagada. Andrés y Elisa corren a la barra, le piden al camarero que ponga una jota. Hace mucho tiempo que tenemos ganas de jotas, dice Elisa a todo grito.

ser jardín y no saberlo

una fiesta en un jardín
la fiesta va, los amigos vienen
el jardín no sabe
ahora jardín, ahora muro de piedras

amigos que hablan sin pudor
de sus vidas
amigos que ya no lo son
y a los que dejé de ver
ahora jardín, ahora abrazos

alguien que tiene prisa
alguien que bebe
alguien que se despide

el primero lleva un reloj diminuto, una piedra
donde alguien ha dibujado las tres

el segundo habla dulcemente
sonríe dulcemente

el tercero no llega a irse

(martes, 20 enero 2015)

gelatina

jueves, 15 enero 2015. Una chica me saluda por la calle. No sé quién es. No me acuerdo de ti, le digo. Le pregunto si antes tenía el pelo rubio o más largo. Sí, rubio, largo y rizado, dice. Sigo sin recordarla. Me habla de una casa donde vivía y hacía fiestas a las que yo, se supone, iba. Nada. Aparece Iker, lo acompaño a su casa. Me presenta a su hermano. Es un travesti con bigote y gabardina. El supuesto hermano dice que tiene varias macetas de marihuana en el balcón y las disfraza de árbol de navidad para que la policía no las reconozca. En la mesa hay un bol de gelatina de recortes de hostias, al parecer, la especialidad culinaria de su madre. Un tipo se come casi todo el bol a enormes cucharadas.

alianzas

jueves, 8 enero 2015. Un grupo de jóvenes, como si me conocieran de toda la vida, me dicen: Por fin has venido, vamos a casa. Por el camino encuentro monedas en el suelo, también dos alianzas que sólo me entran en el meñique. Mientras las cojo, pienso: esto va a ser un sueño. Que esté soñando, pienso, también explica que me vaya con unos desconocidos. La casa tiene luces de navidad en colores pastel. Casa de chica romántica, pienso. Estoy muy a gusto, pero no acabo de entender qué hago allí.

de imanes y cervezas

miércoles, 7 enero 2015. Parece un bar, por la oscuridad y por el ruido. Todo lo que cojo tiende hacia un rincón del bar, por ejemplo una naranja al final de una cuerda, como un péndulo horizontal. Pienso en un imán enorme. Me acerco, me atrae con fuerza, me agarro a las paredes para que no me lleve. Grito. (Me despierto. Vuelvo a soñar lo mismo dos veces más.)
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Un parque. Alberto va a hacernos una foto en grupo. Aparece una chica justo antes de disparar. Reparte botellines de cerveza. En cada botellín hay una calavera. me pregunto si será auténtica. Me pregunto si estaremos en México. Ante de beber, advierte, hay que hacer esto, dice. Le abre la boca a Alberto, le mete un paladar metálico en la boca y después otro paladar al rojo vivo que sostiene con una vara de hierro. No pasa nada, no duele, explica. Ahora bebe, le dice. Grito (me despierto tiritando de frío).

furey fuma

me pruebo gafas de sol
mi madre dice que no a todas
mi madre dice que ha perdido el bolso
pero lo tiene sobre las piernas

tomamos un taxi
mi padre te cambia el sitio
para que podamos hablar
qué agilidad la de mi padre

fumas
te pregunto cuántos al día
dos o tres, dices casi orgulloso

mi madre dice
hay que vivir el aquí y el ahora

y tus ojos
tan cerca

(viernes, 2 enero 2015)