subasta

sábado, 30 septiembre 2023. Una chica (se supone que es mi prima Elisa pero no se parece en nada) me cuenta que ha dejado a su hija con una pareja extranjera para que la cuiden. La pareja al principio son dos chicos gays, pero según hablan se van transformando en una pareja hetero de ancianos. Salgo de la casa y corro porque he quedado en la playa con Alberto y Emilio. Están tumbados cada uno de su toalla. También han extendido la mía. Llega una chica y pisotea mi toalla. Le dice a Alberto que vaya con él. Va. Le preguntó a Emilio si le parece normal. Alberto vuelve diciendo que no la soporta, que tenía muy poca vergüenza. Veo de lejos, en la orilla, a mi tía M metiendo piedras y conchas en una caja. Dice que las ha comprado en una subasta.

escondrijo

miércoles, 27 septiembre 2023. Escondo algunas revistas y mis libros favoritos bajo una mesa camilla rectangular. Mi suegra entra en la habitación, la repasa mirando un lado a otro. Aquí nunca los encontrará, pienso.

tres cocodrilos

jueves, 21 septiembre 2023. Veo una caja con juguetes junto a un contenedor. Al acercarme veo que hay una niña rebuscando. Le digo que se los quede todos, que no los deje allí porque acabarán en la basura. Dice que los cocodrilos le dan miedo (dos cocodrilos blancos de plástico del tamaño de un meñique). Si te llevas todos los demás juguetes yo me llevo a los cocodrilos, le propongo. La niña se va tan contenta con los juguetes. Yo miro a los cocodrilos en la palma de mi mano. Tienen los ojos enormes pintados con rotulador negro. Me dan más asco que miedo.

tres escalones

domingo, 17 septiembre 2023. Se supone que nos acabamos de mudar. Las cajas con nuestras cosas todavía están en el salón. El salón da a una terraza con losas azules (tanto en el suelo como en las paredes) y tres escalones que bajan directamente a la playa. No sé si me va a gustar vivir ahí. ¿Te gusta la casa?, pregunto a Alberto. Se encoge de hombros. Intento ordenar un poco antes de irme a la cama. Una chica barre la arena de la terraza. Al barrer se va haciendo cada vez más joven. Alberto está en la cama, me pide el móvil y dice que no hagamos ruido. La chica se tumba a su lado, se convierte en un bebé y se queda dormida. Alberto le cuenta a alguien algo cantando como si fuera un Rauw Alejandro. Lo miro atónita. Cuando termina de cantar mete el móvil en el cajón de la mesilla de noche. Asegúrate de que está apagado que me queda poco saldo, le digo.

mantita

viernes, 15 septiembre 2023. He quedado a las 15h con Carlos para comer. Voy con el tiempo justo. En la puerta de la Diputación veo a mi tía Mari y a mi prima Cristina (de niña). Dicen que tienen que comprar un regalo porque el pato Donald la ha invitado a su cumpleaños. Yo le regalaría un flotador de pato, les digo. Me miran como diciendo: no te tomas nada en serio. Se me hace tarde, me despido, les digo que ahí llega el C1. Mi prima (de repente es de noche y se ha hecho mayor), les dice a quiene esperaban el C2 que corran para no perder el C1. No tengo tiempo ni ganas de decirle que se equivoca y me voy. Vuelve a ser de día. Tengo calor. Llevo un vestido de punto hasta los pies de color verde pálido con una bufanda a juego (también una especie de mantita del mismo color). Miro el reloj y veo que todavía falta una hora para la cita. O el reloj se ha parado o antes lo miré mal. Busco un cajero y la torre de la catedral para ver la hora, pero no está y donde se supone que tenía que haber cajeros (a las puertas de los bancos) hay máquinas tragaperras. Entro en un edificio en obras. Me pierdo. Unos obreros me dicen que llevan dentro varios días poruqe no saben salir. Uno de ellos, grande y gordo, dice que lo siga. Deambulamos por pasillos en obras y pasamos por habitaciones abandonadas. Llegamos a un cuarto de estar sucio y oscuro. Se sienta en el sofá agotado (yo a su lado porque sigo sin saber salir de allí). Delante tenemos una tele pequeña donde alguien ha pegado una caja de cartón abierta. Dice algo en italiano, me hace gracia, pero al ir a hacerle una foto lo que veo en pantalla no tiene nada que ver con la realidad. Lo enfoco a él y de repente me resulta peligroso. Voy hacia la puerta disimulando. Él, sin moverse, me grita que no podré escapar de allí nunca. Veo la salida. En los escalones hay chapas con personajes de dibujos animados, pero no conozco a ninguno (allí se quedan). Me doy cuenta de que he perdido la bufanda y la mantita. En la terraza de un bar veo a una chica con ella puesta. Le digo que es mía y, para demostrarlo, le señalo el color del vestido. Llegan dos amigas (de la chica) y les enseña la bufanda. La miran y tocan haciendo demasiados aspavientos para mi gusto. Le digo que la hice yo y que si quiere le haré una, pero tengo que irme ya. Explícame cómo se hace, dice con cara de ilusión. Comienzo: echas puntos impares, 21 por ejemplo. Una de ellas me corta: impares imposible, no lo soporto, no puedo con los números impares. Pienso que son idiotas, quiero irme de allí. Sigue, dice la que no suelta mi bufanda. Echas puntos impares y la haces toda de punto al revés, vas cogiendo dos y echando uno, ya está. Por la cara que pone, le pregunto si sabe de lo que le estoy hablando, si sabe hacer punto aunque sea al derecho. No sabe. Le quito la bufanda de las manos y me voy.

vestir la mesa

jueves, 14 septiembre 2023. Quique Peinado y yo ponemos la mesa. Es una mesa para muchos invitados. Colocamos las cosas meticulosamente, muy tranquilos, sin hablar. Ninguno se mete en el trabajo del otro. ¿Qué hacéis?, pregunta alguien. Estamos vistiendo la mesa, respondemos a la vez.

caballo plano

miércoles, 13 septiembre 2023. Están rodando una película en una especie de bar de hotel. Todo está muy desordenado y viejo (no sé si es decorado o es si así de verdad). Siento que estorbo. Me tengo que apartar cada vez que pasa un actor o alguien con un foco. Decido marcharme. Para salir también pido disculpas varias veces por tener que pasar entre varias personas. Hay una tienda muy mal puesta, con estanterías de chapón. Hay figuras planas de lata y bisutería que parece rota. Begoña y Loli miran cosas. Me fijo en un caballo dorado plano que podría servir de marcapáginas. Pienso que podría comprárselo a Chivite (que colecciona caballos), pero no me convence del todo porque tiene pinta de ir a romperse. Después de dar varias vueltas por la tienda, me doy cuenta de que no queda nadie. El dependiente está al fondo aburrido. Le pregunto por mis amigas. Se han ido, dice. ¿Una de ellas compró el caballo? Sí.

arroz murciano

martes, 12 septiembre 2023. Estoy en una habitación que he transformado en improvisada cocina, con un hornillo portátil. Alguien ha dejado un montón de bolsas con compra sobre la mesa. No sé cuántos seremos para comer, pero sé que tengo que darme prisa. Hay poca luz porque las persianas están bajadas pero no tengo tiempo de acercarme a subirlas. Comienza a llegar gente. Parecen Erasmus alemanes (ayer vi unos cuántos en la piscina). Llega Alberto, le cuento que estoy haciendo arroz, que es lo más socorrido. Pues mejor arroz murciano, que llena más, dice y le echa al arroz unos garbanzos. Los Erasmus lo imitan y empiezan a echar cualquier cosa: sushi, yogures y hasta fideos chinos (sin abrir siquiera el paquete). Tengo que estar sacando plástico de la olla todo el tiempo. Todos se ríen. A la hora de servir todo ha quedado en nada y tengo que repartir un plato de arroz para unas diez personas.

vasos azules

viernes, 8 septiembre 2023. Estoy en casa de Salud (pero no es su casa, es un ático años 70 con terraza que da a uno tejado de tejas rojas vidriadas que me parece que están sueltas). Los hijos de Salud tampoco son sus hijos, son las hijas de Carmen. Por allí entran y salen personas (a unas las conozco y a otras no). Se supone que celebramos algo porque están poniendo una mesa muy larga y muy decorada. Me siento completamente sola, fuera de lugar y muy triste. Salgo a la terraza. Las cortinas son ligeras, muy bonitas, pienso que quizá son las que le vendrían bien a mi tía Mari. Me asomo con cuidado a la calle porque estamos en un piso muy alto. Las niñas me saludan y comienzan a escalar la fachada. Les grito que tengan cuidado, que las tejas están sueltas. Helena dice que no me preocupe, que cuando no puede agarrarse a nada, corre una barandilla con otra como si fuera un Tetris. Ves, dice y las barandillas cambian de lugar. No quiero ver cómo se caen (si se cayeran) y me tumbo a llorar en una cama enorme que hay en la terraza. Oigo que empiezan a llegar los invitados. Ana se acerca a saludar (hace mucho que no nos vemos). Le pregunto por su marido. Dice que aquello acabó mal, que convirtió su casa en un museo y una fundación, y ahora es completamente feliz. Después aparece el presentador Quique Peinado para avisar de que la mesa ya está puesta. Vaya, estabas aquí, a lo mejor estás triste porque todo el mundo viene a consolarte menos quien tú quieres que venga, dice. Pienso que tiene razón, pero no digo nada. Voy a la mesa con todos. Están mis primas, mi hermana y otras personas que no conozco. Quique Peinado sirve espaguetis a mi hermana. Parecen La dama y el vagabundo, pienso (siento envidia; además, no me pegan nada juntos porque ella no tiene sentido del humor). Mi prima Elisa canta canciones de anuncios antiguos (leche Puleva, Nocilla y cosas así). No recuerdo ninguna de esas canciones y eso que era mayor que tú, le digo. Le pregunto por qué no ha venido Andrés. No se encontraba bien, aunque en realidad no ha venido porque dos reuniones familiares seguidas eran demasiado para él, dice (también siento envidia por ser capaz de decir que no a las convenciones sociales). Veo que todos tienen vasos normales. A mí me han puesto vasos de cristal azul. Pienso que me tratan de otro modo porque saben que estoy mal. Eso me pone más triste todavía.

edredones

jueves, 7 septiembre 2023. Estamos en una habitación de hotel. Cada dos minutos una chica abre la puerta y pregunta con tono antipático si necesitamos algo. Le digo que no. Estamos sentados en la cama con un plano enorme abierto sobre nuestras rodillas, pero pienso que si hubiéramos estado haciendo otra cosa nos habría pillado. Se abre otra puerta y una señora (con el pelo muy negro y cardado) asoma la cabeza. Esta habitación está ocupada, le digo. Me levanto a cerrar pestillos. No hay. La puerta por donde se asoma la chica es un pasillo enmoquetado. La puerta por la que se asoma la señora da a un cuarto de baño. La bañera está cubierta con un edredón verde con forma ovalada. Lo levanto. Otro edredón beige.

carpa

miércoles, 6 septiembre 2023. Estoy durmiendo. Oigo que llaman a la puerta. Me levanto. Alberto abre y entran unas veinte personas (hombres y mujeres), recorren la casa y revisan cada enchufe y cada cable de cada aparato. Alberto lleva una gorra de visera y unas gafas de sol naranjas (como unas que llevaba Bono hace años). Yo estoy en camisón, pero nadie parece fijarse en mí. Alberto y el tipo más mayor se sientan frente a frente en unas butacas (que nunca hemos tenido) en un salón enorme (que la casa nunca ha tenido). El tipo dice que hay que cambiar la instalación eléctrica. Alberto le responde algo, y comienza una especie de regateo. No me interesa y salgo a la terraza. Mi tía Mari intenta avisar a su amiga Isabel María de que no suba. La vemos a parecer con dos maletas enormes (cuadradas, negras, antiguas). Le hacemos señas con las manos para que se quede abajo pero ella entiende lo contrario, saluda y dice que subirá lo antes posible. Como veo que hoy todo saldrá mal, me siento en el suelo con la espalda apoyada en la pared. La casa se ha convertido en una carpa de lona blanca. A mi lado se sienta un tipo muy estrafalario. Intenta consolarme y hacerme reír. Me suena tu cara, le digo. Eres Carlos Areces, ¿verdad? No dice nada y apoya la cabeza en mi hombro.

edad

lunes, 4 septiembre 2023. Jardín. Después de charlar con varias personas que no conozco y se han ido yendo, me quedo con un tipo gafitas que me habla de su familia, sus hijos. Pinta de profesor tímido. No le pega llevar un chaleco medio jipi, pienso. Un grupito, a unos metros, está lía que te lía cigarrillos. Uno de ellos dice que es muy viejo, que hoy cumple 50 años. Quien los pillara, digo en alto. El profesor me pregunta cuántos tengo. Este año cumple 59. Como yo, que tengo 59 ó 58. ¿Eres del 64? No dice nada. Yo cumplo en noviembre. Si tienes 58 ó 59 es que cumples a principios de año, y como me recuerdas a mi amigo Ferran, creo que has nacido el 13 de febrero, le digo. Se sorprende muchísimo, hasta aplaude. Yo me encaramo a la reja de una ventana y empiezo a hacer ejercicios, primero de gimnasia y después de ballet.

jueves

domingo, 3 septiembre 2023. Alberto dice muy contento que el jueves pedirá los papeles del divorcio. Le digo que a qué viene tanta prisa. Asómate, dice apartando la cortina de la ventana para que vea la calle, todo esto va a cambiar dentro de poco y hay que hacerlo antes de que no se pueda.

heaven

sábado, 2 septiembre 2023. Estoy con el Gran Wyoming. Parece un restaurante, pero solo hay una mesa (a nuestra) y, aunque la sala es enorme, está pegada a una escalera de obra sin barandilla. Todo es muy blanco (como cuando en las películas quieren simular que la escena transcurre en el cielo). Nos sirven una rodaja de pescado cocido. Le quito la piel y la dejo a un lado. Aunque los dos comemos lo mismo, acerca su tenedor a mi plato y se lleva un triangulito gris que parece grasa. Qué casualidad, es la parte que más le gusta a mi padre, le digo.
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Joan y yo vamos andando por un no-lugar (no es una calle ni un edificio; es un vacío color arena). Le cuento cosas, se ríe a carcajadas.

pulso

miércoles, 30 agosto 2023. Parece una carpa de plástico translúcido. Joaquín Reyes ha actuado o va a actuar. También hay fotos que ha hecho al público durante sus muchas actuaciones. En una de ellas aparecemos Alberto y yo. Está sentado y tiene fans alrededor. Nos miramos y me acerco. Me pregunta si soy la de la foto. Sí. He hecho una canción sobre una cafetera inspirada en ti. La canta. Le agarro la muñeca para que se calle porque me da mucha vergüenza. Le noto el pulso muy acelerado. Le pregunto si tiene fiebre. Termina de cantar y los fans aplauden.
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A Cristina la han destinado a Melilla y voy a visitarla. Bajamos una rampa de escalones. Me tumbo para mirar qué hay debajo. No lo hagas, cualquier día me meto debajo para limpiar, dice.

hormigas

martes, 29 agosto 2023. Llegamos con mi cuñada y mis sobrinas a lo que parecen unas ruinas griegas. Están al borde de la playa. Tapo los ojos a Marisa para que se lleve una sorpresa, pero no parece que le gusten. Pienso que han cambiado. Bajamos, pisoteando unas estatuas policromadas que no había antes (se supone que yo ya había estado). Pisad sin miedo que son de escayola, les digo.
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Voy en autobús. Desde la ventanilla veo a mi tía Mari correr entre los coches de la Alameda. Pienso que está actuando, que imita a Meryl Streep. Se lleva la mano al pecho y cae entre los coches. Le digo al conductor que pare. Dice que eso es imposible. Le grito que quizá mi tía esté muerta entre los coches. Pues te vas a perder el viaje a Italia, dice.
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Veo pasar a Jurdi con sus padres. Van muy sonrientes, como si alguno acabara de contar un chiste. Pienso que van muy guapos. Jurdi con traje y corbata, y la barba recortada. Los sigo para saludarlos porque no me han visto. Llegamos a un descampado lleno de escombros que en algún momento fue un jardín. Jurdi, su hermano Marcos y Javi no llevan camiseta, compiten a ver quién está más moreno. Me preguntan. Les digo que eso no puede llamarse bronceado, que parecen quemados que acaban de salir de la UCI.
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Alberto y yo vamos de tienda en tienda con dos vestidos de gitana, cada uno en su percha. Al parecer, Alberto se los ha comprado a nuestra sobrina Elena para su cumpleaños, pero se ha dado cuenta de que son muy pequeños. ¿Para qué compraste dos?, le digo. La señora que le vendió el vestido rojo le devuelve el dinero. la señora del vestido azul no le da nada, ni siquiera otra prenda. Le reprochó que nunca me cuenta nada, que si me hubiera dicho que quería regalarle un vestido de gitana se lo hubiera hecho yo a medida.
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Al llegar a casa de mis padres veo una fila anchísima de hormigas. Las sigo, llegan hasta el cuarto de baño (que en el sueño está donde estaba mi cuarto). Mis padres están allí refugiados. Mi padre dice que las mate. Mi madre que las deje en paz.

descalza

viernes, 25 agosto 2023. Voy de excursión en un bus. Grupo sobre todo de mujeres. No conozco a nadie. Llegamos a una ciudad que parece un decorado. Hay un café muy bonito. Le digo a la señora que va sentada a mi lado que si viviera ahí, sería donde quedara con mis amigos. Me dice que necesita comer algo, aunque sea pan Bimbo. Le digo que espere un poco y no interrumpa la visita. Llegamos a una especie de castillo con jardines. La guía explica cosas a las que no presto atención. Solo me dijo en los pájaros. Hay dos tipos: unos diminutos con unos bigotes azules casi transparentes de más de medio metro y otros amarillos redondos como pelotas de baloncesto. Un chico muy dulce (se parece a Emilio, un compañero del instituto) se acerca, se los señalo. Los pájaros se van. Quiero uno, le digo. Y a mí no me haría más feliz otra cosa. No me queda claro si le haría feliz uno de esos pájaros o conseguirme uno. La señora de antes dice que tiene que ir al servicio. Todas se apuntan. Yo me quedo en el jardín mirando unas cajas con exvotos. Hay de todo: lupas tamaño euro azules y blancas con palabras (que no entiendo) en bajo relieve, me dallas de santos, figuras de madera y hasta abridores de botellas de cerveza. Pienso si llevarme algo de recuerdo, pero pienso que si lo hago quizá no se cumplan las peticiones. Cuando entro una señora con los labios mal operados me dice que el grupo está en un lateral y que no haga ruido, a la vez que grita: ¡la señora de los pantalones vaqueros ha llegado! El grupo todavía está entrando en el servicio. La primera en salir es Tilda Swinton, Me dice que cree que ha venido demasiado elegante a la excursión. Le respondo que tiene buena percha y aunque hubiera ido de harapos resultaría elegante (tengo que explicarle eso de la percha porque en su idioma no existe). Después sale Juliette Binoche y dice lo mismo. Lleva un bolso de Chanel de bolas de colores y un abrigo que la hace parecer muy bajita. Tilda, que se ha transformado en Jeremy Irons, le cuenta lo de la percha. De todas las palabras, Binoche la que no entiende es elegante. ¡Pero si es igual en francés!, le digo. Cuando todas salen del servicio entro yo. Hay un camino marcado con cinta aislante roja en el suelo para distinguir el de hombres de mujeres. El suelo está mojado (me doy cuenta de que voy descalza). Al salir, el servicio es un bar. Hay hombres bebiendo cerveza sin levantar la cabeza de sus jarras. Al cerrar me despido alegremente: ¡Au revoir, messieurs!

cercano oeste

martes, 22 agosto 2023. A ratos parece un tren, a ratos los pasillos de un hotel. Una madre persigue a sus bebés que corretean/gatean muy rápido. Decido ayudarla. Los siento delante de un piano para entretenerlos. La madre, por fin, se tumba en un sofá pequeño y se queda dormida. El hotel se convierte definitivamente en un tren de madera (parece del Oeste) y comienzan a entrar pasajeros. Recuerdo que dejé mis cosas en uno de los vagones. Los bebés han vuelto a escapar, su madre tampoco está, así que corro hacia mi asiento. Encuentro una especie de restaurante improvisado. Un grupo me dice que me siente con ellos. Comen con las manos lo que parecen alitas de pollo. Hablan de la edad de alguien. No parece que tenga 60 años, dice uno. Yo los cumplo el año que viene, les digo. Dejan de comer, se miran unos a otros. No puede ser, dicen, no puede ser.

babuinos

lunes, 21 agosto 2023. Parece un hotel de una sola planta años 70. Dos chicos limpian las baldosas de barro del camino que lleva a la entrada entre dos enormes parterres. Llego a recepción con prisa. Alberto (se supone) está esperándome con Francis y sus hijos en un restaurante para cenar, pero yo me he dejado algo importante (no recuerdo qué) en la habitación. Se lo cuento a la señora que está detrás del mostrador (de madera, precioso, años 70). Ella me da un plano de la ciudad. le digo que mi marido se ha llevado la llave, si tiene otra para que pueda entrar coger algo que he olvidado. Me señala en el plano un camino para llegar a no sé dónde. La doy por imposible. Intento recordar el camino que hicimos el día anterior. recuerdo que pasamos por un jardín donde a los lados había jaulas con animales. Cierro los ojos para ver el camino. Llego al parque pero los animales están sueltos. Hay cebras, babuinos agazapados esperando a que entre para atacarme, hay hasta un guepardo. Pienso que si lo cruzo con los ojos cerrados quizá no me hagan daño.

excursionistas

domingo, 20 agosto 2023. Apartamentos con terrazas unidas, junto a un río seco (ya han salido en otros sueños alguna vez). Mezclo tinte para el pelo en un vaso muy pequeño. Lo paso a otro más grande. Intento recogerlo todo para llevarlo a mi habitación y no molestar (empiezan a llegar excursionistas). Llevo un taburete de playa plegable, los tarros sucios y varias cosas más. Al verme reflejada en el cristal de la terraza me asusto. No parezco yo. El tinte me cubre media frente, llevo una mascarilla amarilla en la cara, me veo gordísima con la nariz muy pequeña. Me cuesta abrir la habitación porque está atiborrada de muebles y cables. Quiero quitarme la mascarilla y el tinte cuanto antes, pero no veo cuarto de baño ni lavabo siquiera.

regreso al futuro

sábado, 19 agosto 2023. Mi madre mi hermana y mi prima se van al cine. Mi hermana da algunos datos (mal) sobre la película. Corrijo: es la misma actriz que hace de madre en Regreso al futuro. Ni caso. El cine está en el piso de arriba. Mi madre quiere que vaya con ellas para que salga un poco, dice. En casa quedan mi padre, mi tía Encarna y otra chica que no sé quién es (se supone que para cuidarlos). Pienso que la chica se aburrirá, abrirá la tablet y leerá mis cosas. Me da igual, me voy con ellas de todos modos. Al entrar en el ascensor oímos a mi padre quejarse. Me quedo, digo. Ya en casa, mi padre desordena (todavía más) un sofá (lleno de mantas, ropa y adornos de Navidad). Mi tía Encarna va al baño y en vez de usar el bastón arrastra una silla. Mi padre quiere cenar. La cocina está muy desordenada y los cuatro fuegos encendidos. No puedo apagarlos porque los mandos están rotos. Hay restos de comida podrida por todas partes, pilas de platos sucios. No sé por dónde empezar.

columna

viernes, 18 agosto 2023. Alberto quiere comprarse unos pantalones. Le digo que mientras los elije llevaré algo ala joyería para que me arreglen (no recuerdo si un anillo o un broche). La chica está detrás de una mesita muy pequeña que no pega nada en esos grandes almacenes. Me siento delante de ella en una silla pegada a una columna. Ella habla sin parar. Pienso que Alberto, con lo rápido que es, seguro que ya ah terminado. Le digo a la chica que tengo prisa, pero ella sigue hablando de sus cosas (incluso saca una lima y comienza a arreglarse las uñas). ¿Para cuándo estará?, le corto. Para el viernes, dice sin mirarme y me da una paquete plano y blando (puede que sea una prenda envuelta en papel de seda). La tomo sin preguntar nada porque quiero largarme de allí cuanto antes.

como las sardinas

jueves, 17 agosto 2023. Cocina. Mucho trajín. Hay que preparar arroz caldoso para mucha gente. Daniel dice que lo tiene controlado. Isabel me dice al oído que cree que él no tiene ni idea y que tenga cuidado. Daniel está muy delgado. Lleva el pelo rubio y rizado, por mitad de la espalda (parece que tenga veinte años menos). Ángeles hace que me ponga unos pantalones con volantes (horribles) a juego con una camiseta. Para que no te manches, dice. Daniel dice que está muy cansado, que no puede seguir. Isabel sirve el arroz y Daniel y yo nos echamos en un colchón que hay en un rincón de la cocina a dormir la siesta (yo del revés, con la cabeza a los pies). Cuando noto que está profundamente dormido, me levanto con sigilo. Su madre y Ángeles me siguen, dicen que todo ha salido perfecto, y me dan una bandeja de dulces en agradecimiento.

piruleta

miércoles, 16 agosto 2023. Tengo que dar una lectura de poemas. Javier habla al público desde una mesa blanca. Yo estoy sentada justo delante de él, de espaldas al público. No sé qué voy a leer porque los folios que llevo están en blanco. Cuando por fin me vuelvo para decir algo, lo que encuentro es una especie de cancha de baloncesto donde unas chicas hacen abdominales. Siento que me he quitado un peso de encima. Javier dice que todo ha salido bien y me da una piruleta enorme.

bronca

sábado, 12 agosto 2023. Vuelco sobre la cama una caja con broches, cuentas, pastillas, cajas más pequeñas, etc. Mientras voy separando unas cosas de otras y haciendo pequeños montones. Oigo de fondo a mi tía Mari echarle una bronca a mi padre. Mi padre, con voz muy débil, se defiende: Solo he preguntado a qué hora íbamos a cenar.

llamadas

viernes, 11 agosto 2023. Estoy en un restaurante. Justo antes de sentarme a la mesa oigo que suena un móvil. Abro un aparador donde guardan cubiertos y manteles de papel. Alguien me llama. Con tanto ruido de fondo no lo oigo bien. No me dice su nombre, dice que tenemos que vernos. Le digo que no lo conozco, que no moleste más. Dice que lo he llamado yo. Imposible, mi móvil lleva meses en el cajón de un restaurante, le digo. Por fin puedo ir a la mesa donde mi familia (se supone que son ellos aunque no se parecen) están comiendo. Hay varios platos iguales en la mesa. A mí me han puesto delante un bol con una especie de puré de berenjena. Al rato el tipo vuelve a llamar. La misma conversación.

los libros pesan

martes, 8 agosto 2023. Paso por delante de un bar (parece calle San Agustín) y veo a Javi y Jurdi que juegan a descubrir un personaje. La pista es un botijo. Ja vi levanta la mano muy contento y dice el nombre de una folclórica (no recuerdo quién). Jurdi se sorprende, le pregunta cómo ha dado con ella. Javi explica algo sobre agua, perejil y un botijo que hay en una repisa que está muy pegada al techo. Todos le aplauden. Me hace gracia ver la escena desde fuera (ellos no me ven). En una de las mesas de la terraza del bar hay una chica muy maquillada. Hola, me he puesto BB cream por primera vez en mi vida, ¿tengo mejor cara que ayer?, le pregunto. Responde que no le gustan nada las mujeres maquilladas. Una mesa más allá veo a Cristina. Es una mesa larga de madera muy tosca, como aquellas de Icona de los años 70. Tiene delante un bol enorme con gelatina. Parece triste. Me siento frente a ella. Me ofrece un poco. La gelatina tiene grumos que parecen tocino. le digo que sí por no entristecerla más. Sobre la mesa hay una pegatina de una muñequita muy feliz. La pego en la pared para animar la situación.
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Voy en lo que parece un autobús, pero en vez de asientos hay libros amontonados. Loli llega a todo correr, tiene que irse a cuidar de su madre pero antes quiere llevarse algunos libros. Le digo que me deje los más pesados y yo se los acerco luego. Me da una bolsa con varios libros, pero antes de salir coge unos cuantos más.
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Parece el pasillo de la casa de mis padres, De una de las habitaciones sale el actor Quim Gutiérrez. Tiene cara de recién levantado. Lo empujo contra la pared como si fuera a amenazarlo. Prométeme que si tienes sed me pedirás agua, le digo.

dedicatoria

viernes, 4 agosto 2023. Isabel y yo llegamos a un despacho a recoger nuestros libros. Nos recibe un hombre hosco detrás de una mesa que hace de mostrador. Está de pie con las manos apoyadas sobre la mesa, mirando hacia delante. Detrás tiene un armario cerrado. Al vernos llegar lo abre sin decir nada. Nos da a cada una nuestro libro (se supone que acabamos de publicar uno cada una). Isabel dice que nos los intercambiemos dedicados. Empiezo a escribir y a mitad pienso que me he liado y la dedicatoria no tiene ningún sentido. Isabel le pregunta al hombre si tiene algún libro más para ella. El hombre vuelve a abrir el armario y saca varios tomos enormes de tapas duras forrados en tela azul marino. No se sabe qué son. ¿Cuál me llevo?, me pregunta Isabel. Llévate La verdad sobre el caso Savolta, lo demás son muy aburridos, le digo.

volar bajito

miércoles, 2 agosto 2023. Tengo que cruzar un puente para ir a casa. Me parece muy largo, así que me tiro en plancha y lo cruzó volando, como a un metro del suelo. Veo que el puente no tiene barandilla al lado izquierdo, pero como voy volando no me importa al cruzar el puente hay una pequeña terraza una chica me saluda como si me conociera de toda la vida me siento con ella y me enseña cosas que tiene en una caja reconozco algunos de mis juguetes de niña no recuerdo de qué hablamos pero pienso que me gusta hablar con ella y no quiero irme a ningún otro sitio.

camiseta

martes, 1 agosto 2023. Subimos por calle Molino de viento. Un tipo se encarama a una señal de trafico y se lleva un pedazo. Lo golpea contra un muro como si quisiera darle forma. Alberto se quita la camiseta para pelear con él. Le digo que se la ponga y sigamos a casa.

esa risa

lunes, 31 julio 2023. Cuido de un bebé. Le digo algo y empieza a reír. Su padre, a unos metros, dice: es lo más bonito que he oído en toda mi vida. El padre es Chris Hemsworth. Llega Elsa Pataky. Él le dice: Rosario, mira cómo ríe el niño. Después, entre los dos, intentan convencerme de que estoy muy delgada y debería hacer pesas.

tres puntos

domingo, 30 julio 2023. Francis, Joan y yo estamos sentados en una acera ancha. Nosotros en el bordillo y Francis muy cerca de un registro de agua. No me gusta que esté ahí, por si se hunde. No hablamos, cada uno a lo nuestro. Pienso que tres puntos siempre pertenecen a la misma circunferencia. Me río sola para mis adentros.

bubu

lunes, 24 julio 2023. Estoy en lo que parece un bar o una fiesta en una casa antigua. Un tipo me habla de Bubu. Precisamente lo llevo puesto, le digo y le enseño mi chapa. Entramos en su despacho. Quiere enseñarme algo. Nunca le veo bien la cara, pero por su manera de hablar me recuerda a Juano. Cuando salimos, unos camareros que están recogiendo el bar se dan un codazo. Les digo que no sé de qué se ríen porque solo hemos estado hablando.

bañera

domingo, 23 julio 2023. Parece la antigua casa de la abuela de Odila. Bajo la escalera veo a Chivite. Lleva el pelo largo (me extraña porque me dijo que su madre se lo había cortado.) Está sentado en un taburete y lleva la cartera en bandolera, como si fuera a marcharse de repente. Buenos días, caballero, ¿me esperaba?, le digo en tono de broma. No dice nada, solo gira el asiento de vez en cuando. A su lado hay una estantería que, en vez de libros, tiene distintos tipos de pasta. El paquete de las espirales de colores está roto. Intento cerrarlo, pero cuanto más lo intento más caen al suelo. No sé qué hacer. Meto algunos en mi mochila, en los bolsillos, amontono otros sobre la mesa. Nada, como en un programa de humor, cuanto más intento ordenar más y más espirales caen de la nada.
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Estoy en casa de mis padres. Encuentro una nota de mi hermana que dice que volverá después de comer con una amiga. Miro la hora, la una y media. Voy al dormitorio y les digo a mis padres que es hora de levantarse, que se les va a juntar el desayuno con la comida. En ese momento aparece mi hermana con su amiga. Me echa en cara que mis padres sigan durmiendo y dice que vaya a comprar. De repente estoy en la calle con mi prima Elisa. Llevamos bolsas del supermercado. Unos pasos por delante vemos a mi hermana con una botella de agua de cinco litros en una mano y un bolso que parece pesar también cinco kilos en la otra. Vemos cómo deja el bolso en la acera y sigue andando. Lo recogemos. Al llegar al portal aparece mi tía Encarna muy joven paseando dos perros. Mira, mi Vicentito, dice. Veo a Vicente cruzar el portal. aparece Cristina. Me abraza, me pregunta si tengo tiempo. Tengo de todo menos tiempo, le digo. Pienso que mi padre se pondrá de mal humor cuando vea a los perros.
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Estoy en una clase con un montón de niños de unos diez años. La profesora me entretiene dibujando en un papel una cuadrícula con los nombres de los alumnos y un calificativo debajo. Se demora tanto que los niños empiezan a marcharse. Otros dibujan a lo suyo. Pienso que tendría que estar hablándoles de libros y poesía. Suena un móvil y la profesora me mira con mala cara. El mío no es, digo. Lo saco del bolso y se lo enseño (está partido por la mitad). Mi madre está en primera fila, y noto que se aburre. Cuando volvamos a casa tendré que comprar un móvil nuevo, le digo. Noto que no se encuentra bien, tiene arcadas. Le pongo delante una papelera para que vomite, pero es de rejilla. La dejo delante de una bañera que hay a un lado de la clase y me alejo unos segundos a por una toalla mojada para ponérsela en la frente. Al volver, la bañera está llena de agua y mi madre tiene la cabeza dentro. Se la saco. Pienso que se pondrá de mal humor al ver que el peinado se le ha deshecho. Le digo que escupa, que respire. Nada. De repente estamos en la calle. Pido ayuda. Nada. Le hago el boca a boca. Le digo que respire (primero a gritos, después se lo pido por favor muy flojito muchas veces).

abrazo

miércoles, 19 julio 2023. Francisco y yo en un ascensor. Llora, lo abrazo. Le digo que todo va a salir bien.

ventana y cables

martes, 18 julio 2023. Mi madre está en la cama, una cama muy desordenada. Pregunta por una camiseta blanca. La busco en el armario. Al abrirlo, saco un montón de retales y prendas inservibles. Las voy poniendo en la cama, sobre ella. ¡Qué calentita!, dice. Al fondo del armario hay un hueco, una especie de ventana desde donde se ve una calle que parece años 40. Mi madre me recuerda que mañana me llamará la médica. Haz una lista de todo lo que tienes que decirle, dice. Mi padre aparece de repente y pregunta varias veces si hemos terminado ya. Agobio.
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Estoy en la cocina de casa de mis padres preparando la comida. Mi madre dice que mi tía vuelve a supurar aceite de los labios y la cara. Mi tía, desde lejos, protesta, dice que es normal, que no piensa ir al médico. Mi madre quiere que busque algo que hay en el que fue mi dormitorio. La luz no se enciende. Pienso que será por el interruptor del fondo. Para llegar hasta él tengo que pasar por encima de un montón de trastos y ropa amontonada. Al fondo hay un ordenador encendido y dos equipos de música con el volumen muy bajo. Me pregunto desde cuándo estarán encendidos, que están gastando luz para nada y que se pueden calentar y prender toda la basura de ese cuarto. Mi madre intenta ayudarme, pero por más cables que desenchufamos, siguen encendidos.

animales exóticos

viernes, 14 julio 2023. Un vecino me enseña su perro. Parece un cachorro de oso. Después saca otro animal mitad erizo con púas suaves, mitad cobaya gigante. Le pregunto qué es. Dice que es un elefante. El supuesto elefante se sube sobre el oso y los dos se suben sobre mí. No sé qué hacer.

perchas

miércoles, 12 julio 2023. Mi madre y yo en la cocina de su casa. recojo la ropa tendida y la voy poniendo en perchas, nos reímos, no paramos de reír. Pienso en que mi hermana se está perdiendo esos momentos, que cuando mi madre muera se dará cuenta de lo sola que se ha quedado y ya no habrá remedio. De repente, mi madre y yo estamos en la calle, en un cruce. La abrazo. Le digo: No quiero que te mueras nunca. Se aleja hacia un coche que está aparcado y entra. Yo vuelvo a casa diciendo: Mamá, mamá, mamá.

mantel

martes, 11 julio 2023. Pasillos y más pasillos con baldosas blancas (no muy limpias). Parece una clínica. Empujo una camilla donde, se supone, va mi tía Encarna. La llevo al servicio. Una enfermera me dice que no puedo entrar con ella. Necesitará ayuda, le digo. Niega con la cabeza. Mi tía no está, imagino que mientras hablábamos ha entrado sola. Mientras la espero, bordo un mantel que dejé a medias cuando estaba en el colegio.

parque acuático

sábado, 8 julio 2023. Alberto sube con una chica a un bloque de pisos tipo años 70. No hay ascensor. Subo detrás e intento averiguar en qué piso han entrado pegando la oreja a cada puerta de cada rellano. Silencio absoluto. De nuevo en la calle me doy cuenta de que voy completamente desnuda, pero no me importa.
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Estoy en un parque acuático. Veo llegar a Carmen y Sonia. Les pregunto qué tal está la piscina principal, la que tiene una fuente redonda en el centro. Dicen que vienen de allí y no han podido bañarse porque está muy sucia. Efectivamente el fondo está marrón. Salgo del parque y camino por una avenida sin asfaltar con casas bajas encaladas, salpicadas aquí y allá. Parece el desierto de Almería. Al final llegó a una cala entre dos paredes de roca, pero las han alicatado. No quedan mal esos azulejos romanos, pienso. El agua es transparente. Intento zambullirme una y otra vez pero, no lo consigo, el agua me rechaza.

quesos y paraguas

jueves, 6 julio 2023. Se supone que tengo que recoger unas fotos en un caserón que hay en los montes. Está cerrado. Pienso que he llegado demasiado temprano y todavía duermen. Cerca hay otra casa más pequeña. Entro con naturalidad y me siento en uno de los sofás donde una familia charla animadamente. Uno de ellos (el actor Antonio Pagudo) cuenta algo gracioso. Al oírme reír se percatan de que estoy allí. Siguen a lo suyo, menos Pagudo que parece haberle gustado que le riera el chiste. La familia se va a sus cosas. Él me pregunta qué hago allí (le cuento). Dice que él está con su hija de visita (una niña con mucho pelo, como él en la serie de televisión). A ver si estás guapa sin flequillo, le digo. La niña se deja peinar. El padre dice que quedemos después, en la ciudad. Nos vemos después porque ahora tengo que ir a comprar queso, le digo. De repente estoy en un supermercado. Voy cargada de bolsas y llevo dos paraguas. Todo se me cae continuamente mientras busco la zona de los quesos. Cuando llego, mi número ha pasado. Un chico grita mi número varias veces. Al levantar el papel, se me caen los paraguas y el resto de la compra. Una señora coge mi paraguas y lo observa detenidamente. Es automático, le explico. La señora los tira con asco al suelo. Le digo al chico que me de un trozo de queso. Me tiende uno blando que parece moco. Lo prefiero curado. Me tiende uno amarillo con estrías que parece una piedra. Lo cojo por no decirle que no y me voy. Mientras camino hacia las cajas, busco un lugar fresco donde dejar el queso que no pienso llevarme a casa.

empanadillas con nata

miércoles, 5 julio 2023. Estamos en la terraza de un bar con Luciano. Se supone que ya hemos comido y nos van a traer el postre. Luciano dice que ahí hacen muy bien las empanadillas. Le ponen una fuente enorme de empanadillas con nata. Alberto también las pide pero la señora ya se ha sentado a abanicarse. Alberto coge una fuente de otra mesa. Le digo que son los restos que se ha dejado alguien. Estoy allí, pero nadie parece verme ni oírme.

las ilusas y la plaga

jueves, 29 junio 2023. Se supone que Jonás ha terminado una nueva película. Es de Ciencia Ficción y se titula Las ilusas. Dos chicas muy jóvenes (de unos 15 años) descubren un sistema de telecomunicaciones mucho mejor que Internet, que además proporciona luz y calor o frío, sin necesidad de bombillas, ventiladores ni estufas. Yo actúo en la película, hago de robot-prostituta. Para mantener ese sistema se necesita tanta mano de obra, que hay empleo para todo el mundo, así que los trabajos desagradables los realizan robots. Llegamos a una sala donde nos recibe una señora (parece una institutriz). No hay demasiado público y todos tienen la misma pinta que la señora. En vez de proyectar la película solo pone fragmentos fuera de contexto y critica tonterías, como que los peinados de las chicas no se corresponden con el año en que sucede la historia. Cuando llega a mi escena, me mira y dice: hasta a ella le han roto el culo. Jonás me mira asustado, con pena. No me dolió nada, estaba actuando, le digo apoyando la cabeza contra su pecho. La señora sigue a lo suyo. Las dos chicas protagonistas están a punto de llorar. Voy a contar hasta cinco y me voy, le digo a Jonás.
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Hemos alquilado una casa en la playa. Está sobre la arena, al borde del mar, las olas chocan contra el muro de la cocina. El salón es enorme, tiene una cocina abierta con una barra, como si antes hubiese sido un chiringuito. Hay un cuarto de baño detrás de la cocina, pero la ducha principal está directamente en una de las paredes del salón. Me estoy duchando cuando entra una señora. Oiga, ¿dónde va? Al baño, dice. Le explico que es una casa particular. la señora suelta una carcajada y entra al baño. Llega su marido y me pide disculpas. Me explica que el verano pasado usaban esta casa para cambiarse de ropa y ducharse. Le digo que si quiere usar el baño, puede hacerlo, pero que la próxima vez llamen antes. El hombre parece comprensivo, pero su mujer sale dando gritos, protestando, alentando a la gente que está en la playa para que se metan en la casa. Una chica me amenaza pasando el pulgar por su cuello. Otros arrancan cosas de las paredes porque dicen que detrás hay nichos. Efectivamente, arrancan ladrillos y aparecen unos cuantos. les ponen flores. Hasta entra una familia en el salón sin bajarse siquiera de su Jeep. Avisa a quien te alquiló la casa, le digo a Alberto lo están destrozado todo. El marido de la primera señora que entró me mira con pena. ¿Recuerda usted aquella sevillana de Sr. Chinarro? Y los dos cantamos La Plaga, mientras el resto de bañistas lo destroza todo.

patas de elefantes

sábado, 24 junio 2023. Le pregunto algo a Alberto. Me responde una palabra que no entiendo (muy flojito). Se enfada porque no la he entendido. Le digo (muy enfadada) que pare, que quiero bajarme. Como no para el coche, intento bajarme en marcha.
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Mi prima está ordenando unas cuentas de collar sobre una bandeja. La bandeja tiene agua. El agua forma un charco enorme bajo la butaca. Pongo papel de cocina, pero no sirve de nada. Qué suerte ha tenido tu hermana, ¿verdad?, dice. Me cuenta que le ha tocado la lotería y ha comprado un billete para irse a vivir a Noruega. Mi hermana al oírlo se va a la cocina. Salgo a la terraza, Alberto está recogiendo ropa de las cuerdas, le ayudo. Le cuento lo que sé. Dice que no se lo diga a mis padres para que no sufran. Cuando entro, mi prima me hace señas como diciendo: tu hermana me ha echado una bronca. Se van al cine. Le digo por señas a mi prima que hable con mi hermana, que la haga entrar en razón.
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Estamos en un bar. Busco el servicio. Llego aun sótano y al abrir la puerta me lo impide una bañera con cortinas de encaje. El váter está justo delante de una ventana (me pueden ver desde fuera). Detrás de la bañera hay una cama cuadrada y un escritorio con un ordenador encendido. Oigo ruidos, miro al techo. El techo es translúcido. Se ven ramas, horas y las patas de varios elefantes. Temo que el techo ceda y los elefantes me caigan encima.

piscina

jueves, 22 junio 2023. Unas chicas me invitan a una fiesta. Cuando llegamos, todavía no hay nadie. En la entrada hay disfraces, sombreros y boas de plumas. Me pregunto si será nochevieja y no me he enterado. La casa está llena de agua, nos llega hasta las caderas. Es agua es transparente, puede verse el suelo. No me avisaron de esto, solo me dijeron que igual había culebras, le digo a Alberto. Me señala una muy pequeña que, al notar nuestra presencia, se esconde detrás del rodapié.

espejismo, papelería y sofá

miércoles, 21 junio 2023. Estamos poniendo la mesa en casa de mi abuela. Se celebra algo porque todo el mundo trabaja sin parar llevando cosas al comedor. Lo miro todo con asombro porque mi abuela está muerta y derribaron la casa para hacer un bloque. Espabila, me dicen, pero no reacciono porque creo que es un espejismo que se desvanecerá en unos minutos y quiero disfrutarlo.
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Estoy en una papelería muy antigua. Cojo un lápiz con dibujos de futbolistas y tablas de multiplicar de una estantería. Le digo al tipo que hay detrás del mostrador, que quiero dos como ese. No hay más, dice. Le pido también unas estampas antiguas con la bandera del Málaga. Son regalos para Alberto. A la hora de pagar no encuentro la tarjeta. Alberto llega y dice que pagará él. Pienso que me ha fastidiado la sorpresa.
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Sala larga y estrecha con moqueta. Hay un sofá con el respaldo muy alto que sirve de separador entre la zona de estar y la de ordenadores. Me asomo desde el sofá al otro lado. Begoña está llorando. Le pregunto qué le pasa. Dice que no consigue escribir, que no tiene tiempo ni ganas, ni le gusta lo que escribe. Otra chica y yo la animamos.

robo, baile, piel de cuero y heces

lunes, 19 junio 2023. Estamos en un bar. Una pareja entra, discretamente, con una pistola. Se van a acercando a cada mesa pidiéndole dinero y joyas. El resto no se da cuenta. me quito la cadena que llevo al cuello y la dejo caer por mi escote. También un anillo y lo meto en el bolsillo del vaquero. Los pendientes me dan igual. Pienso que cuando lleguen a mí y vean mi móvil Alcatel les daré pena y no se lo llevarán. Como tardan tanto en robar mesa por mesa, me levanto muy despacio como si fuera al servicio y salgo del bar.
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Alberto y yo llegamos a una explanada. Alguien nos dice que ya era hora. No sé de qué habla. Nos dice que empecemos ya, que el público está esperando. Se supone que tenemos que bailar. Le digo a Alberto que me siga, que bailaremos cualquier cosa, como aquella vez que bailé con Cantos en la boda de Emilio.
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Alberto y yo estamos en la terraza de un bar. A la hora de irnos, canto la canción de Porky (Lástima que terminó el festival de hoy...). La chica que nos atendió se queja de que va por ella, que le estamos llamado cerda. Tengo que darle explicaciones. Bajamos una calle desierta. De repente se ha hecho de noche. Por aquí vive marcos, digo, y llamo a cada puerta por la que pasamos. Al llegar a una especie de puerta enorme de madera, como de garaje, digo entusiasmada: ¡Esta sí es! Llamo. Acabo de dar con los nudillos y pienso que no es, que voy a sacar de la cama a alguien. Preparo una frase seria, algo así como que venía a entregar un documento muy urgente, pero me he equivocado de puerta. En estas abre Marcos. Está completamente desnudo y muy moreno (su piel parece de cuero). Sale a la acera, se pone a charlar tranquilamente. Me pongo delante de él para que no lo vean unos tipos que se han sentado en unos escalones frente a nosotros. Dice que está desnudo porque es el Día del Libro y es su manera de celebrarlo.
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Vuelo sobre un mar cristalino. Llego a una zona donde aparecen bancos de peces. Cuando me acerco, veo que no son montones de heces flotando. He llegado al mar de los mentirosos, pienso.

metacrilato

domingo, 18 junio 2023. Estoy en un loft decorado en blanco. Hay gente trabajando por todas partes. Se supone que trabajan para mí, que tengo una productora o algo parecido. Unas chicas preparan un decorado, les doy unas instrucciones, asienten y siguen a lo suyo. Sardá está sentado sobre la enorme alfombra blanca que hay en el centro. Me siento a su lado y le cuento que un día, al hacer la cama, puse al hipopótamo rojo tumbado sobre el cojín y al mirarlo de nuevo estaba de pie. Le digo entusiasmada que grité en alto: ¡Lo sabía! Le digo que ya sé que no, pero que me gusta pensar que las cosas tienen "alma". Sardá se levanta, dic que tiene mucha prisa y se va. Lo veo bajar las escaleras (también son blancas con barandilla de metacrilato) y llegar a la acera. Allí se tumba, trata de esconderse, y cuando cree que me he ido vuelve a subir. Llama a la puerta, le abro. Como me he quitado los zapatos y puesto una falda, no me reconoce. Hola, qué pesada es tu jefa, me dice y se vuelve a sentar en la alfombra.

escenas

lunes, 12 junio 2023. Bajo calle Granada (la calle es mucho más ancha y luminosa que en la realidad). Voy detrás de unas extranjeras que charlan animadamente. Intento adelantarlas pero me miran mal. Cuando al fin puedo adelantarlas, veo a Javi y Jurdi dentro de una especie de caja con ruedas bajando la calle a toda velocidad. Ríen a carcajadas. Los saludo y sigo mi camino.
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Se supone que Juan Cruz me ha hecho una entrevista y me la enseña en el ordenador para ver cómo ha quedado. Yo no llevo camiseta ni sujetador. No sé cómo él no se da cuenta ni durante la entrevista ni ahora que la revisamos. Mientras la veo, pienso que me da igual aparecer desnuda, que ya no me importa nada.

monedas

domingo, 11 junio 2023. Estoy en lo más alto de una grada de obra. Hay gente sentada a la espera de algo, pero no sé de qué. Llega Chivite y se sienta a mi lado. Me da un paquete envuelto que abro con auténtica ilusión. Son regalos de despedida (no recuerdo qué).
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Chivite está sentado junto a un velador. Hay una lamparita que da una luz íntima. No sé si atardece o está amaneciendo. Alguien llega, le dice algo y Chivite se deja caer desmadejado al suelo como respuesta. Lo veo todo como en una película. Lamento no estar allí, ahí, con él.
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Hay un montículo de tierra. Al comenzar a subirlo veo unos botones de nácar. Me los llevaré de recuerdo, pienso. Al cogerlos se convierten en monedas. Cuantas más cojo, más aparecen. Lo que al principio era calderilla, ahora son monedas grandes del tamaño de un posavasos. Ya no me caben más en los bolsillos. Llevo un puñado entre las manos. Se las enseño a Alberto. Las mira sin interés.
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Se supone que estamos en Vitoria. Hay un jardín rodeado de un parterre muy cuidado, con flores de varios colores y un seto de un verde vigoroso. Alberto lo cruza pisando las flores. Doy un rodeo para entrar. Alberto se ha sentado en un banco para ver el atardecer. Me siento a su lado. Llegan dos chicas y se sientan junto a Alberto. Estamos muy apretujados. Una de las chicas saca un libro dice que tiene un examen de inglés al día siguiente. Le digo a Alberto que la ayude y así se irán antes. La chica comienza a decir palabras en inglés sin sentido. No pronuncia bien ni sabe hacer frases simples.

bizcocho, perros resabiados y taxi futurista

martes, 6 junio 2023. Mi madre dice que mi hermana ha desaparecido. Entro en su cuarto. Todo está manga por hombro. Sobre la cama hay un agenda. Le digo a mi tía que seguro que su exmarido sabe dónde está, que habría que llamarlo. Mi madre y mi tía se van a la cocina. Las sigo. Ordenan cosas como si nada. Sobre la encimera hay una fuente de horno. ¡Había bizcocho y no me habéis dicho nada!, les digo.
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Estamos en la acera como si estuviéramos esperando que pasara una cabalgata. Llegan unos jipis haciendo malabares. Llevan dos perros con patines en las patas traseras y monopatines muy pequeños en las delanteras. Los perros llevan gorra y gafas de sol. Asombroso, pienso. Busco en los bolsillos para darles alguna moneda, pero continúan su camino como si nada. Uno de los perros vuelve y se para delante de mí. Me hace la peineta con una de las patas y se va.
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Alberto y yo entramos en un taxi. Es enorme. No vemos al conductor porque está separado por una mampara. Me gustaba más cuando podía hablar con el taxista, le digo a Alberto, además, ¿cómo sabe dónde vamos y cómo vamos a pagarle? En ese momento entra una azafata regordeta. Nos pasa una especie de detector de metales (se supone que así sabe dónde vamos y ya nos ha cobrado el trayecto). En el taxi entran varias personas más, entre ellas una señora enorme que se echa sobre mí y no me deja respirar. Me gustaba más el mundo de antes, le digo a Alberto.

cipreses y sellos arrugados

lunes, 5 junio 2023. He quedado con Francis después de mucho tiempo. Nos abrazamos. ¿Has crecido?, le pregunto. Él se tumba y señala el césped. Tú eres así, dice. Le doy un beso y entramos en un centro comercial (se parece al que fue mi colegio). Hablamos de tonterías, nos reímos, le digo que tengo que comprar sellos. Aparecen su mujer y sus hijos. Nos sentamos en una habitación con barra de bar de madera. Ella saca un papel muy largo con una lista de cosas que quiere que hagamos. Quiere que vayamos a comer a su casa. Mientras habla, sus hijos comen compulsivamente caramelos y tiran los envoltorios al suelo (me extraña porque son extremadamente educados). Su hija toca una tecla de un piano y suena una alarma. ¡Ahora vendrá el camarero!, le dice su hermano. Elisa se echa a llorar y Víctor recoge los apeles del suelo. Vamos a comer juntos, insiste Cocó. No puedo, le digo. No quiero, corrijo. Francis me mira sorprendido, se alegra de que diga lo que en realidad siento. Me levanto y salgo del colegio. Me siento tan satisfecha que intento saltar al vacío, pero cuando estoy en el aire pienso que voy a matarme y camino en el aire hacia atrás. De nuevo, intento caminar sobre unos cipreses, pero los pies se me hunden. También desisto. Me siento muy triste porque quería pasar el día con Francis. Llego a una plaza enorme con mucho tráfico. Cuando voy a cruzar Francis me abraza desde atrás. Tengo algo que proponerte, le digo.
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Estoy en la terraza de un bar. Hay mesas altas sin taburete. Javi va y viene del centro de la calle a la mesa. Cumpián ha dicho que vendría, dice. No sé de qué conoce a Cumpián ni por qué está tan nervioso. Se hace de noche y tengo que echar una carta. Me voy sin que se den cuenta. Llego a un edificio de Correos muy destartalado. Subo por una escala metálica y, cuando estoy arriba, empieza a alejarse del suelo como si fuera una nave espacial. Aparece un chico, me dice que esa es su casa, pero que puedo quedarme a cenar. Cada cosa de la casa (mesa, tazas, cubiertos) tiene un cartelito con un precio. ¿Lo vendes todo?, pregunto. El chico lava una lechuga sin decir nada. ¿Qué vas a tomar?, pregunta. Nada, solo vine a comprar sellos, le digo extendiendo la mano y enseñándole unos sellos arrugados.

luces de navidad en agosto

viernes, 2 junio 2023. Casa enorme muy desordenada con mucha gente que no conozco. Por el calor y la ropa que llevamos parece que estemos en verano, de vacaciones , pero todos se afanan en buscar unas guirnaldas de luces de navidad. Hay guirnaldas por todas partes, detrás de cojines, en cajas, en cajones y por los rincones. Yo voy señalando y hasta dándoselas en mano, pero nadie me presta atención.
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Voy con un grupo. Todos llevan prisa, corren por entrar los primeros en un bus de aeropuerto, de los que llevan del avión a la puerta. Un señor mayor (el mismo al que ayudé ayer en el cercanías con las maletas) arrastra dos maletas enormes. Le ayudo. Dice que ni siquiera son suyas, que son de una chica que ha salido corriendo hacia el bus para entrar la primera.

corona de algas

lunes, 29 mayo 2023. Antonio y yo estamos en unos grandes almacenes muy desordenados. Él está encantado porque dice que parece un jardín inglés. Rebusca libros viejos en cajas de cartón. Entre las páginas de un libro encuentra una tira de algas. Me las pone como si fuera una corona. Escóndelas de nuevo en el libro y nos la llevamos, le digo.

agua de coco

jueves, 25 mayo 2023. Estoy poniendo mesa para seis, pero no encuentro cómo colocar a los comensales sin que les toque una pata delante. Salgo de la habitación que de repente empieza a moverse como si fuera el vagón de un tren. Corro en paralelo para volver a entrar. Por una parte me gusta la sensación de correr. Por otra, siento una tristeza enorme (no sé el porqué). Llego a lo que parece el comedor de un colegio convertido en restaurante. Estoy cansada y me siento en la primera mesa que veo, con una familia. El niño pelea con su abuelo porque uno dice que está salada y el otro dulce. El niño le da a probar la sopa al abuelo y después, con la misma cuchara, me da probar a mí. La sopa sabe a agua de coco.

espárragos

miércoles, 24 mayo 2023. Dos chicas me abordan por la calle. Dicen que tienen que hacer un trabajo sobre mis libros y que si pueden venir a casa sin que se entere su profesora (les ha advertido que no me molesten). Le digo que vengan, de momento, a una charla que voy a dar. Entramos en una especie de sótano amueblado como un comedor años 50. Sobre la mesa hay un ramo de flores enorme, pero al acercarme veo que es un manojo de espárragos. Los necesitaré para la charla, les digo y me los echo al brazo (pesan mucho). Bajamos a otro sótano con el suelo de gomaespuma. Cuesta mucho trabajo andar sobre él. Ya hay gente esperando. Alguien me da un plano de una ciudad. Al desplegarlo es tan grande como una sábana. Alguien ha escrito una dedicatoria en una esquina. Vaya, querían dedicármelo y han borrado el trazado de las calles, digo. Unos chicos en primera fila, aplauden, patalean y ríen a carcajadas como si yo hubiera contado el mejor de los chistes.

manta, pin y bodegón barroco

lunes, 22 mayo 2023. Llego a casa de mi abuela. En ese momento recuerdo que tenía que llevarles una manta. Mi abuela me dice entusiasmada que ya ha cambiado los muebles del dormitorio de sitio. No me atrevo a decirle que la he olvidado. Mientras me habla, pienso en si podría con ella o pesará mucho.
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Llego a un recinto donde, sobre el césped, han colado butacas blancas de plástico. Están tan ordenadas que al pasar entre ellas temo descolocarlas. Me siento junto a Alberto. Bajo una tarima, veo un pin del Málaga CF. Me meto entre las patas para cogerlo. Le falta el broche. Pienso que después se lo regalaré a Alberto y se pondrá contentísimo. Nada más volver a mi asiento, veo el broche brillar a lo lejos. Antes de que llegue una limpiadora (que está pasando una escoba por la hierba), vuelvo a meterme entre las patas y lo cojo. En ese momento aparece un chico extranjero con mochila, bufanda y gorro (se parece a Wally), mirando al suelo. Le pregunto si busca un pin. Asiente. Se lo doy (el pin ha cambiado y ahora es propaganda de un refresco). Me da la gracias e intenta entablar conversación. Me doy la vuelta y corro a mi asiento.
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Javi nos enseña su casa. Su casa es una azotea en dos plantas. Todo está muy desordenado. Incluso tiene aparcado el coche junto a la cama y junto a la cama una mesa de madera tosca llena de restos de comida y envases vacíos. En la azotea superior hay frigoríficos con las puertas de cristal y varios dispensadores de patatas fritas, helados y chocolatinas. Hay jamones colgados de la pared, grandes garrafas de aceite y agua mineral. Dentro del coche hay bolsas de supermercado con compra y cebollas sueltas. Me extraña mucho todo porque Javi es muy, pero que muy, ordenado. Pienso que quizá esté pasando por una depresión y no quiere decir nada para no preocuparme. Sin decir nada, recojo las cebollas del suelo del coche y las meto en un cesto. Javi me dice que no me preocupe, que le gusta su casa en modo bodegón barroco. Todavía le falta un poco, dice, pero pronto podremos hacer una fiesta.

baltasar

sábado, 20 mayo 2023. Estoy sentada al sol en la que era la casa de la panadera de mi abuela. Unos actores hacen varios papeles a la vez delante de mí, por parejas, en la acera. Solo reconozco a Mariano Alameda (no lo veía desde que hacía una serie en televisión). Lo veo tan cansado y mayor que le ofrezco mi silla de playa. El chico que actúa con él se ofrece a acompañarme. Le doy las gracias y le digo que mi abuela vive solo unos metros más abajo. Al llegar al garaje, veo a alguien sentado en el suelo y pienso que es un indigente, pero al mirar dos veces reconozco a mi sobrino Abel. ¿Qué haces ahí? Unas manos salen desde detrás de la puerta y lo agarran. Pienso que van a secuestrarlo o algo así. El tipo que lo coge está disfrazado de Baltasar, con su turbante, su capa y sus joyas. Llévalo con su madre, dice, los niños no deben estar solos en la calle. Entramos a casa de mi abuela. Mi tía Paqui (abuela de Abel, y que murió unos años antes de que él naciera), pone fuentes llenas de comida en la mesa del comedor como si fuera una celebración. Le digo a mi tía que Abel es su nieto, pero no se sorprende. Es tu abuela, le digo a Abel. El niño la mira y le dice: Me parece que padezco colon irritable.

macarras

jueves, 18 mayo 2023. Alberto va en bici detrás de un camión frigorífico. Detrás de Alberto van dos macarras en moto. Lo azuzan, le dicen que corra más, que adelante. Y voy en coche, en paralelo, vigilando que no le pase nada. Los macarras lo empujan y la bici sube por la pared trasera del camión, baja por el lateral y Alberto cae de cabeza. Corro hacia él entre los coches. Los macarrats lo zarandean para reanimarlo. Les grito que no lo muevan. Como no reacciona, le aplastan la cabeza con los pedazos rotos de la bici. Sigo gritando. Cuando por fin llego, de Alberto solo queda un cuadradito de tela. Lo guardo. Agarro por el pelo a los macarras y les destrozo la cabeza en el asfalto.
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Javi llega con un grupo de estudiantes. Se supone que son sus alumnos. Les ha mandado leer libros cuyo tema sea la vejez y cómo nos afecta el paso del tiempo. Una chica lleva la biografía de Matusalén. Antes de despedirme, porque ya entran a clase, le digo: cuando te escribo y pongo "holamigo", tienes que leerlo muy rápido y con voz de pito. Vale, pero no me pongas nunca "qué hay de nuevo, viejo", dice.

grosella

miércoles, 17 mayo 2023. Mi madre dice que quiere una barra de labios color grosella. Me extraña porque siempre le gustaron color naranja. Todas las barras que voy probándome para dar con una que le guste, no pintan.
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Elisa y Andrés está mirando sus móviles, cada uno a lo suyo. Les pregunto si suelen hablar entre ellos por teléfono. Sin levantar la vista, me dicen que hablan cada noche unos quince minutos. Pienso que yo hablo con Alberto dos minutos y diez segundos. Lloro.

espejo

martes, 16 mayo 2023. He quedado en un bar y llego tarde. Intento atajar por una calle muy oscura. A lo lejos veo a un grupo de conocidos con quienes no quiero encontrarme. Vuelvo sobre mis pasos. Miro en el móvil dónde está el bar, pero el móvil no funciona (como suele sucederme en los sueños). Llego a una zona de puestos callejeros. Me miro en un espejo (parece hecho de papel de aluminio). Estoy horrible, pienso. Saco del bolso una barra de labios (que nunca había visto) y me pinto. La barra es rosa y me queda muy mal. Pienso que no puedo presentarme así. Como el móvil no funciona tampoco puedo avisar de que no iré. Camino muy triste por una calle de tiendas cerradas. En la entrada de una perfumería han dejado varias cajas con lápices de ojos, barras de labios y medallitas. Pienso en coger algo, pero todo está usado y las medallitas con vírgenes no me interesan. Me siento en el suelo. No sé qué hacer ni dónde ir.

genética

lunes, 15 mayo 2023. Estoy ordenando la cocina de mi madre. Aparecen mis tías. Dicen que tengo el pelo muy mal, que ya es hora de teñirlo. Mi tía M saca una afeitadora y hace la broma de pasármela por la cabeza. Le digo que tenga cuidado. Se abalanza sobre mí y me corta la mitad del pelo del lado derecho. (Me despierto gritando y llorando).
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Entro con dos amigos (no estoy segura de si son Masip y Javi) en una cafetería. Llevo una carpeta enorme (se supone que hemos ido a un congreso o algo así). Para llegar a una mesa libre tenemos que pasar entre otras mesas apiñadas. Voy pidiendo disculpas a todo el mundo como cuando tienes que entrar en tu butaca del cine molestando a los demás. Masip y Javi piden cerveza (me extraña porque es la hora del desayuno, pero no digo nada). Pido un descafeinado y un croissant. La chica dice que o tienen nada para comer porque el camión no ha llegado. Detrás de la barra veo pan de molde, galletas rizadas (normales e integrales), bizcochos y una bolsa de croissantes). Cualquier cosa pequeña me vale, le digo. Me tiende el periódico. Dice que visitemos la iglesia, que ha nevado y está preciosa.
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Llegamos a lo que parece una plaza de toros convertida en estación. A las puertas nos esperan Mi suegra, mi cuñada y mi sobrina en un carrito de golf. Comen cucuruchos de helado aunque van muy abrigadas. Me preguntan por mi hermana. Les digo que un camión le aplastó el pie. ¿Solo el pie?, preguntan. Eso mismo preguntó Alberto. ¿En qué postura estaba?, preguntan y se tumban en el suelo con un pie estirado. Esa misma postura puso Alberto cuando se lo conté. Las miro. Lo que es la genética, pienso.

cerco y bonobús

sábado, 13 mayo 2023. Leo un manuscrito de Chivite que me ha llegado en un sobre. En el sobre no pone la dirección, solo Isabel y lo que parece el cerco de un vaso. No comprendo como el cartero ha sabido que era para mí. La primera página parece una carta, pero también parece una dedicatoria. Está escrita a máquina y corregida a mano, con tachones. En ella explica por qué me dedica el libro y me llama Bellyn.
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Salimos de una casa enorme en un barrio residencial, donde se supone hemos asistido a una fiesta. Alberto camina muy rápido, tanto que desaparece. Yo cargo una bolsa enorme de deporte. Al llegar a la Plaza de la Merced veo a Cristina hablando con un tipo y varias señoras. me hace un gesto de "no digas nada y pasa de largo". Al parecer le están dando una mala noticia. Mientras camino como si no la conociera, pienso en Ona, su hija, y me río sola acordándome de que le llama Loca (supongo que por el pelo rizado). En mitad de la acera han colocado unos troncos verticales. Como estoy muy delgada paso entre ellos sin problema. La bolsa de deporte me cuesta pasarla. Al llegar a la calle de mi abuela y corro para tomar el autobús en calle Cristo. Nada, viene lleno, dice alguien. Es la perspectiva, pienso. Nadie sube, solo yo. Va casi vacío. Junto a la puerta trasera hay una cobradora, como antiguamente (solo que va tumbada en vez de sentada). Me quita el bonobús, no quiere devolvérmelo, se ríe, hace bromas con las demás pasajeras (todas mujeres). No sé qué hago allí ni dónde voy. Quiero salir de allí.

copas y pantalones de hombre

miércoles, 10 mayo 2023. Vamos en un vagón de madera desvencijado. Llevamos mucho equipaje y los esquíes de madera del abuelo de Alberto. Bajamos en una estación también desvencijada. Nos sentamos en el bar del andén. Un camarero muy viejo dice (como si nos conociera): ¿Cortado, agua con gas y un vino blanco? Alberto responde que solo agua con gas y una tónica Bliss. Me extraña que conozca esa marca. Una familia, que también ha bajado del tren, pasa por delante de nuestra mesa. Le digo al padre que la copa que lleva es muy bonita. Dice que la venden en todas las tiendas del pueblo. El camarero se sienta con nosotros y explica que esas copas son antiguas, que eran en las que servían helado en los trenes de hace un siglo. El tipo deja la copa sobre la mesa como si le quemara. El camarero me guiña y dice que me la quede.
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Estoy con mi madre en lo que parece una pensión muy sucia y desordenada. Hay un montón de ropa sobre la cama como si alguien hubiese volcado una maleta. Tita E está a punto de llegar, dice mi madre y corre a abrir la puerta. Se abrazan como si fuesen niñas. Le pregunto qué tal el viaje. Mi tía dice que no encuentra pantalones de su talla, que tendrá que comprar unos de hombre.

sucio

lunes, 8 mayo 2023. Alberto está con una chica en un sofá muy cutre. La chica me da un trabajo que dice ha hecho y quiere que se lo corrija. Los folios están desordenados metidos en un plástico sucio. Meda asco tocarlos. Mientras les echo un ojo, ellos se manosean en el sofá.

tomate

sábado, 6 mayo 2023. Itziar y yo colocamos delicadamente rodajas de tomate muy finas sobre la barandilla de la escalera que lleva al piso de mi casa.

gunter

viernes, 5 mayo 2023. Habitación con butacas como si fuera un cine. Yo estoy en la última fila, justo en el rincón. Alberto me llama desde la puerta. Para llegar hasta él tengo que molestar a toda la fila. En la habitación de al lado hay un concurso de baile. Alberto tira de mí para que participemos. Le digo que no y me quedo mirando cómo bailan desde el quicio de la puerta. El juez se pasea entre las parejas, se para y me mira fijamente (se parece a Gunter de Friends), con gesto de "deberías participar". Una chica se me acerca, me da conversación, se presenta, se llama Tranquila. Hago que lo repita creyendo que no he oído bien. No sabía que Tranquila fuese un nombre. Levanta las cejas y se ríe como si estuviese acostumbrada a que se lo diga. Dice que los demás están abajo, en el bar y que ella va a pedir un rosadito chispeante. Me fijo en que lleva un pañuelo de flores en la cabeza y gafas de sol. Parece un dibujo animado. Al ir a coger mi bolso, no está. Me han robado el bolso, le digo. Los de la última fila buscan y rebusca. Nada. La chica desaparece. Me ofrecen un teléfono para llamar al banco y cancelar la tarjeta. Lo que más me preocupa es la táblet porque podrán entrar en mis correo. Gunter señala el pomo de la puerta. Alguien ha colgado allí el bolso. Todos se miran. ¿Pensáis que ha sido Tranquila? Primero te lo robó y, como le caíste bien, lo ha devuelto, dicen. Bajo al bar. Alberto está con ella, su novio y Francis. Les cuento la historia del bolso (sin nombrarla), pero se ponen a hablar muy alto de sus cosas. Solo Francis me escucha. Me abrazo a él mientras caminamos.
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Llego a casa de mis padres. El ascensor no funciona. Subo andando. En ese momento salen mis tías. Mi tía E llora y corre escaleras abajo (qué ágil está, pienso). Le digo que no llore, que no se vaya, que suba. Sube y la abrazo.

las verduras del odio

martes, 2 mayo 2023. Estoy en un patio que parece andaluz. A unos metros está Picasso charlando amigablemente con Carmen Sevilla. Muy cerca, Jaqueline acuna a un bebé a la vez que limpia verduras. Las va echando en un barreño con violencia. Picasso le agarra un pecho a Carmen Sevilla. Ella se lleva las manos a la cabeza, se escandaliza teatralmente (parece una película muda). Jaqueline no dice nada, sigue a lo suyo mientras los mira con cara de odio. Al salir de la casa me cruzo con un tipo que mira unos cuadros que hay apilados en la escalinata. Si quieres ver cuadros de verdad, entra, en el cuarto de baño hay uno de El Bosco y en la cocina un Picasso, le digo. El tipo se escandaliza con los mismos gestos que Carmen Sevilla.

amenaza

lunes, 1 mayo 2023. Paso por la puerta de un centro comercial. Parece que varias personas pelean o juegan, no estoy segura. Una de ellas me amenaza con algo y me da un papel. Dice que debo leerlo a alguien por teléfono. Me lleva a una cabina telefónica y marca un número. Al ir a leer, veo que el texto está escrito de abajo a arriba, de derecha a izquierda y al revés (como si lo viera en un espejo). Lo leo lo mejor que puedo pero ni con esas me sale bien. La persona que me apuntaba con algo baja el brazo. No tiene sentido, dice en tono muy triste, baja el brazo y se aleja.

cuarzo

sábado, 29 abril 2023. Estoy en una especie de mina que hay junto a una pequeña playa. Sobre un pareo extendido en la arena alguien ha dejado un trozo de cuarzo del tamaño de un ladrillo y otra piedra rojiza. Paso varias veces por si me encuentro al dueño. De repente, no sé cómo, estoy sentada en una piedra muy alta. Allá abajo veo a Alberto con dos personas. Noto que resbalo, la piedra es plana y no puedo agarrarme. Les grito que se pongan debajo con algo porque voy a caer al vacío, pero no me oyen. 

quien paga descansa

viernes, 28 abril 2023. Parece una fiesta en una casa particular donde han apilado los muebles en el jardín. Hablo con Olga. Hay mucho ruido. Aquí no sé puede hablar con tranquilidad, dice Olga y se va. Se escabulle entre la gente. Como no me ha dejado pagar, la persigo sin que se dé cuenta. Justo antes de que salga consigo colarle un billete en el bolso. Me vuelvo tranquila a la fiesta.

veneno de abeja

jueves, 27 abril 2023. He comprado una crema de veneno de abeja. Cuando llego a casa veo que está vacía. Miro el ticket. Me han cobrado setecientos euros. Vuelvo al supermercado. Alberto dice que no la cambie, que pida que me devuelvan el dinero por haberme engañado. La chica dice que no me puede hacer nada, ni dinero ni otra crema. Te doy esto, dice y me pone delante dos platos de postre y tres vasos de cristal azul celeste.

desorden y marioneta

martes, 25 abril 2023. La casa de mis padres está completamente desordenada. Es de madrugada y todos siguen levantados de un lado para otro. Mi padre y un par de hombres más (no sé quiénes son) dicen que prefieren dormir en el cuarto de mi hermana. Le digo a mi hermana que duerma con mi madre. Ninguna de las dos quiere acostarse. Tengo que arrastrarlas como si fueran saco hasta el dormitorio. Intento llamar a alguien por teléfono, pero es un teléfono tipo góndola negro y no funciona.
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Estoy en una habitación muy desordenada de una casa muy destartalada. Mi tía M dice que ya que vamos a Cádiz visite a la familia (comienza a decir sin parar las direcciones). Le grito que deje de hablar, que no voy a ir, que no soy familiar. Al salir de la habitación llegamos a una entreplanta sin paredes (como la que había en casa de Nuria Arán, donde estaba el balancín enorme de madera que hizo su padre). En la entreplanta hay un rectángulo marrón en el suelo con varios rodillos (se supone que es un cubo de fregar antiguo). En vez de fregona hay una palo con un trapo adosado. Le enseño a Alberto cómo se usa. Mi tía llega y dice que os vayamos ya, que ella se encargará de fregar y hacer las camas (mi tía no es mi tía, es igual a la guardesa rubia de la película Nivel 16). Entramos en el coche con una pareja y otra chica. Pregunto (por compromiso) si alguien quiere sentarse delante, y una de las chicas corre a sentarse. Pasamos por delante de la catedral. Hay gente esperando que pase una maratón con camisetas que ponen "Corramos en familia". Los niños llevan globos que son las cabezas de Heidi y Pedro. ¡Quiero un globo!, grito por la ventanilla.
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Estoy en una terraza baja, casi al borde de la acera. Una chica con los labios pintados de rojo, al pasar, me lanza un beso. Yo le lanzo otro. De repente estamos en esa misma terraza con Andrés y Elisa. La chica me reprocha que no le devolví el beso. Le digo que se lo devolví, pero ella no lo vio porque siguió caminando. No me cree. Le reprocho que muchas veces he intentado besarla y ella me ha quitado la cara. Se pone roja, dice que no hablemos de esas cosas delante de nadie. ¡Nos conocen de toda la vida, no tengo secretos para ellos!, le grito. + Michel me enseña unas fotos muy pequeñas (tamaño sello). Dice que son de un chico que ha conocido por internet. Las fotos tienen dos caras y se mueven como si fueran fragmentos de película. Aparece el chico en su granja, con su familia (cinco hermanos o primos). Hay fotos de animales haciendo locuras, como una pirámide humana pero con cabras, ovejas y hasta una vaca. La más divertida es una en la que el chico le pone a una oveja una marioneta de oveja en la cabeza, con lo cual bala dos veces (la oveja y la marioneta). Eso me hace muchísima gracia, hasta el punto de llorar de risa. Le digo a Michel que me haga una copia de ese "sello" para mirarlo los días tristes.

el ascensor

lunes, 24 abril 2023. Mi hermana llega tarde a clase. Le doy una carpeta enorme, le pregunto si lo lleva todo. Salimos de casa, le meto las llaves en el bolso. Me doy cuenta de que olvidé apagar la luz del pasillo y cerrar la puerta con llave pero no le digo nada. Al entrar en el ascensor ve algo en el carril de la puerta. Quiere salir, le digo que no es nada, un caramelo chupado. Se agarra a una barra, dice que tiene miedo, que por eso nunca sube o baja en ascensor, por si se descuelga. Le digo que no pasa nada, que cuando llegue a clase los niños se alegrarán de verla. Cuando llegamos al portal quien está conmigo es Alberto. El portero le dice que se ha roto una tubería y que habrá que esperar. Esperamos. Después de un buen rato, el portero se ha convertido en una chica muy andaluza (morena, con el pelo negro hacia atrás y un acento muy marcado). Nos dice que está de vacaciones pero puede ayudarnos, que ahora se va al gimnasio, pero después podemos llamarla y nos arregla la tubería. Empieza a decirme el número. Le digo que no voy a recordarlo. Hace un gesto de desprecio con la mano y se va. Alberto también se ha ido, no sé dónde. Me fijo en que llevo en la mano tres felicitaciones navideñas. Pienso que han llegado con varios meses de retraso y no sé si merece la pena responder. Me quedo en la acera sin saber qué hacer.

de memoria

domingo 23 abril 2023. Voy hacia el Málaga Palacio. Cuando estoy a punto de entrar recuerdo que no he tenido la ropa, que la saqué de la lavadora y está mojada, amontonada, sobre un sillón. El hall del hotel es distinto, mucho más grande (al fondo tiene una especie de murete encalado que da al campo y a la autovía). Me dicen que cucando quiera puedo empezar la lectura. Se me había olvidado que tenía que leer, no llevo ningún libro ni me sé ningún poema mío de memoria. Se lo cuento a Loli, que está en una mesa haciendo poemas con recortes de periódicos. Dice que puede dejarme algunas páginas de Cahier. Mientras Loli busca qué poemas míos lleva, saludo al público sin prisa para hacer tiempo. Hay un grupo de compañeras del colegio (a las que no veo desde hace años). Les doy las gracias por venir siempre a mis lecturas. Me acerco a saludar a Ángelo. Nos conocemos de vista, ¿verdad?, dice. Le pregunto si está bien. Me mira extrañado. Deberías ir al neurólogo, le digo. Alberto me dice que estoy loca, que cómo le he dicho eso, que la que debe ir al psiquiatra soy yo. No se acuerda de ti porque no pareces tú, llevas cinturón. No es un cinturón es que se me caen los pantalones y le he dado una vuelta a la cinturilla, explico al público. Mientras tanto Loli ha colocado sobre el murete algunas páginas arrancadas de Cahier y ha puesto una piedra sobre cada una para que no se vuelen. Levanto cada piedra y cojo cada papel. Bajo algunas piedras no hay nada y algunas páginas están en blanco. Un tipo bajito y regordete me dice que en su casa tiene todos sus libros. Vivo ahí, junto a la autovía, vuelvo en un momento, dice y echa a correr. Intento entretener al público contando anécdotas.
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Alberto y yo hemos que dado con Francis. Lo vemos a lo lejos. En mitad de la calle hay una chica con un taco de folios (no sé si son apuntes o publicidad). Levanto la mano para saludar a Francis desde lejos. Francis responde levantando la suya. La chica cree que la saluda a ella y corre hacia él. Era a nosotros, le digo. La chica dice que se pasa los días en la calle para ver si encuentra el amor, que cree que cuando dos personas se miran por primera vez y notan complicidad, eso, es el amor verdadero. Es verdad, pero es mentira, a la larga es mentira, le digo.

cabina

sábado, 22 abril 2023. Alberto, Emilio y yo Entramos en una especie de papelería. Alberto pide algo que hace mucha gracia a la dependienta. Su padre (de la dependienta) que parece estar arreglando relojes otro mostrador, interviene. Todos ríen y cuentan anécdotas. Aparece Daniel y se pone frente a mí. Está muy serio. Cuando va a empezar a hablar, dice: No vale la pena. Se va. Voy tras él. Está hablando desde una cabina. Pienso que le está diciendo a alguien que no me ha dicho nada. Me pongo frente a él, le digo: ¿De verdad?

funeral

miércoles, 19 abril 2023. Encuentro una caja de madera grande muy astillada. Dentro hay cajas con fotos antiguas en blanco y negro, estampas arrancadas de álbumes, postales y baratijas. Mi tía Encarna dice que la caja es suya, que puedo quedarme con lo que quiera, que el resto lo tirará. Por una parte me da pena, por otra todo está roto y no sé qué elegir.
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Es de noche y voy en el asiento de atrás de un coche (vacío) que va a toda velocidad por la autovía. Paso al asiento del conductor, pero no atino con el pedal del freno. Salgo por una vía y aparezco en una explanada que sube a la iglesia de un cementerio. Es de día. El coche sube la escalinata de piedra y adelanta a varias mujeres de luto (lloran). Pienso que me he estrellado y es mi entierro. También pienso en quién heredará mi coche. Al llegar a la puerta de la iglesia una señora cierra la verja que separa la escalera de la explanada. Me abraza. Él tío te quería mucho, dice. No sé a qué tío se refiere y ya no estoy segura de si el muerto es él o yo.

invisible

martes, 18 abril 2023. Voy por la Alameda hacia casa de mi abuela. Hay mucha gente por la calle. Las aceras están pegajosas. Todo tiene un tono triste y apagado, a pesar de que los niños llevan globos y algodón de azúcar. Quiero volver cuanto antes a casa. De repente estoy escribiendo en una máquina antigua de la que fue la casa de doña Maruja (vecina de mi abuela). Me sorprende que la casa conserve el arco que separa el salón del dormitorio. Noto a alguien detrás de mí. Es Daniel. Me alegro mucho de verlo. Aparece Ángeles con un vestido blanco de piqué muy ajustado. Está delgadísima y muy guapa. Se lo digo. Habla sin parar. Daniel se sienta en un extremo del sofá. Le pregunto si sigue escribiendo. No responde. Actúan como si yo no estuviera allí.

cabaña

domingo, 16 abril 2023. Subo a un teleférico con unas personas que no conozco (aunque ellas parecen conocerme). Llegamos a un hotel rodeado de árboles enormes. Les digo que nos vemos luego y entro en una cabaña para cambiarme de ropa. Hay ventanas den todas las paredes y no tienen cortinas. No sé cómo hacerlo para que un tipo vestido de leñador (que trabaja fuera) no me vea. No sé cómo la cama se va llenando de ropa. Ya no sé muy bien cuál es mía o si ya estaba allí. En el lavabo hay jabón color ladrillo (como el que me dijo ayer mi tía que le gustaría volver a usar). Meto en la maleta todos los jabones que encuentro. También la ropa, porque se ha hecho de noche y he perdido todo el día sin saber cómo cambiarme de ropa. Aparece Alberto y dice que tenemos que irnos. Llevo varias bolsas y sé que e dejo cosas, pero no tengo ganas de volver. Al salir, Alberto dice que hace mucho frío. Me extraña, porque él siempre tiene calor.

melé

sábado, 15 abril 2023. Miro una caja llena de muñecos de plástico. No son exactamente muñecos Dunkin, pero se parecen. Pienso que mi hermana los ha ido a cumulando para nada, que acabarán en la basura. Quiero rescatar alguno, pero no sé por cuál decidirme.
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Parece un centro comercial donde las paredes son cristaleras que dejan ver las demás plantas. Hay mucha gente, pero no estoy segura de si es público o gente que está comprando. Tengo delante un micrófono, cuatro periodistas me hacen tres preguntas cada uno. Respondo tímidamente, excepto al cuarto que me da más confianza pero para entonces ya a nadie le interesa lo que digo. Le pregunto a Alberto qué tal lo he hecho. El primero, dice. No sé muy bien a qué se refiere. Desde arriba, vemos que en la planta baja comienza una lectura de Tesán. Me alegra mucho verlo. Mientras lee se quita lo ropa, interactúa con el público, se tumba en el suelo y todos forman una melé sobre él. Aparece Enrique. Tampoco lee al uso, se encierra en una cabina y proyecta vídeos, hace que el público participe. Nos ve desde lejos, deja lo que está haciendo y le da una abrazo a Alberto, me da un beso, y continúa con su espectáculo. Me siento orgullosa de que todos piensen que nos conoce y nos quiere tanto que ha dejado lo que estaba haciendo para saludarnos.

todo al rosa

jueves, 13 abril 2023. Estoy en un patio donde un tipo da una charla enlazando experiencias personales con escritores. Alguien dice, por ejemplo, mi abuelo, y él continúa su discurso con juegos de palabras. En mitad del patio hay una falsa cama enorme. Este año todo al rosa, dice y se retira misteriosamente. Todo el mundo aplaude enloquecido. Reconozco a un tipo (se supone que lo conozco) y al ir a pegarme a él para volver a casa (no sé dónde estoy), una chica muy alta se agarra a su cintura. No sabía que tuviera pareja ni que fuera tan alta, pienso. Una chica se me acerca. Me pregunta qué opino del rosa y la gama de morados. Se escandaliza exageradamente cuando le digo que no me gusta, que prefiero los verdes. Como no sé dónde estoy ni quiero quedarme sola, le digo que seguramente me compre un pañuelo rosa. Llegamos a la puerta de un hotel. La chica saca la tarjeta de su habitación y se la enseña al portero (que lleva abrigo con capa y chistera). Nos deja pasar. Antes tomaremos algo en el bar, me dice. No sé de qué hablar con ella, no sé qué pedir, no sé si me dejará dormir en su habitación, no sé nada.

azotea

miércoles, 12 abril 2023. Mi hermana dice que ha comprado un sujetador por seis euros. Me lo pruebo, es muy bonito. Cuando miro la etiqueta veo que muchísimo más caro. Le digo que no entiendo por qué miente, que siempre hace lo mismo. Salgo de su cuarto decepcionada. De repente estoy en lo que parece un bar. Salud dice que quiere operarse el pecho. Le digo que podríamos ir juntas. Veo a Mariví. Tú res médico, podrías operarnos tú, le digo medio en broma medio en serio. Me mira sin comprender nada. De repente estoy en una azotea sin barandilla, el suelo es de losetas color ladrillo y están calientes. Siento una soledad inmensa, pienso que ese calor puede acompañarme. Me tumbo y lloro amargamente.

acelgas

martes, 11 abril 2023. He quedado con Jota en su casa. Por no ir con las manos vacías, me pongo a limpiar acelgas, las pongo en un bol de plástico y voy a su casa. Lo espero en un saloncito a media luz, decorado como en los años 70. Espero con el bol de acelgas sobre las rodillas. Al cabo de un rato aparece su hijo. Papá no puede venir, dice. Dejo el bol con las acelgas sobre el sofá y me voy.

pesadilla 2.0

lunes, 10 abril 2023. Llego a casa de mis padres. Al entrar, mi madre corre hacia a mí y me abraza. Llora. La consuelo como si fuera una niña. Ha sido una pesadilla, le digo y la devuelvo a la cama. Mi padre intenta levantarse. le digo que es muy temprano. Dice que tiene frío, que le ponga los calcetines. Tiene unos calcetines puestos pero están abiertos por la planta del pie. Son de cuadros, hechos con tele que parece de manta.

gafas modernas

domingo, 2 abril 2023. Daniel, Ángeles y Blanco bajan una cuesta. Hace mucho que no nos veíamos. Los dos llevan gafas nuevas, de pasta color caramelo, muy grandes, muy modernas. Pienso que son de mujer y no les pegan nada. Caminamos unos pasos juntos. Daniel y Ángeles se adelantan, discute. Ella dice que no tuvo la culpa, que un coche se le vino encima. Él dice que siempre dice lo mismo pero es que no sabe conducir. Desaparece. Me quedo sola con Blanco. No sé de qué hablar con él. Le pregunto por Pacho. Dice que se pasa el día en el sofá abrazado a su perro. Vemos un restaurante chino muy pequeño. Miramos por la ventana y de repente estamos dentro. Nos ponen varias tapas. Una consiste en un plátano al que le han pinchado en las puntas los extremos de un bolígrafo (capuchón y culo). Quiero irme de allí.

descalza

sábado, 31 marzo 2023. Mi madre y yo estamos en unos grandes almacenes. Le pregunto dónde están sus zapatos. No sabe. La cojo en brazos y se transforma en un bebé. No sé por qué echo a correr. Voy tan rápido que no puedo frenar cuando el suelo se acaba. Antes de caer al vacío, lanzo a mi madre hacia atrás como si fuera un balón, para que no caiga conmigo. (Me despierto llorando).

arena

miércoles, 29 marzo 2023. Estoy con un grupo de personas. Solo conozco a oeste. Me acerco y me abrazo a él como si tuviera seis años y mucho miedo. Entramos en una casa mata con un pasillo muy largo. Está muy desordenada, incluso la distribución de las habitaciones es una locura. Pasamos por una cocina enorme a una sala con varios sofás viejos con mantas por encima. Oeste se sienta en el que está frente a mí. Una chica llega dando saltos de alegría, se sienta sobre el lo abraza y lo besa por toda la cara. El dueño de la casa señalando el caos que hay a nuestro alrededor, dice que la casa desde fuera parece pequeña pero que en realidad son más de 800 metros cuadrados. Creo que exagera pero no le digo nada. Aparece otro tipo muy enfadado y pienso que es mejor que nos vayamos. Veo que mis cosas se han salido de la mochila e intento guardarlas sin dejarme nada. Sobre las mantas del sofá hay arena. La amontono con las dos manos y la meto también en la mochila. Al salir a la calle, Oeste y la chica se van abrazados y felices. No sé dónde estoy ni dónde ir. La mochila me pesa muchísimo.

chocolate verde

domingo, 26 marzo 2023. Masip y yo caminamos muy juntos por la calle. Se supone que vamos a la presentación de nuestro libro. Le digo que podemos leer los poemas alternándonos, uno él y otro yo, pero que si no le apetece no pasa nada. Sí a todo, dice. Me acerco y le doy un beso muy sonoro en la cara. Su cara me parece muy mullida.
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Estoy con Elisa en unos grandes almacenes. Estamos quieta en un pasillo sin mirar nada. Una dependienta se nos acerca y nos da una botella de Coca-Cola de las antiguas. Pesa mucho. La mía está por la mitad y tiene poso. Se la enseño a Elisa con disimulo y me dice con un gesto de cejas que no me la beba. Se la enseño a la chica. La chica me la quita de las manos como si fuera una granada a punto de explotar y sale corriendo. Todo sucede en silencio, como en una película muda.
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Es una habitación pequeña de una casa normal con mucha gente que entra y sale. Un tipo me regala un libro, dice que me lo puedo comer porque es de chocolate. Al abrirlo, solo la página de respeto es de chocolate verde. Ya me extrañaba, pienso. Aparece una chica, le ofrezco probarlo. Lo probamos, no sabe a nada. El chico me pregunta algo (no recuerdo qué) y le respondo que cuando tenía veinte, y hasta cuarenta años, prefería querer a que me quisieran, pero que ahora cerca de los sesenta, prefiero que me quieran.

amor

sábado, 25 marzo 2023. Francis y yo bajamos Conde Ureña abrazados. Delante de nosotros van Alberto y Salvatore. Alberto lleva un papel en la mano, de vez en cuando se paran a mirar a su alrededor y lo comprueban con el papel. Cada vez que ellos se paran, nosotros nos paramos unos pasos atrás y nos abrazamos todavía más fuerte.

la culpa y la tristeza

viernes, 24 marzo 2023. Mi padre se levanta de la siesta y aparece en el salón. Sin saludar siquiera, dice que ha firmado unos papeles por culpa de mi madre y ahora no pueden sacar dinero del banco. Le digo que no se preocupe, que seguro que todo se arregla. No le digo que siempre echa la culpa a los demás de las cosas que él hace mal. Voy a la cocina a preparar su merienda. El suelo de la cocina está cubierto de agua.
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Mi prima Elisa está a las puertas de Primor (con un tipo con pinta de loco) repartiendo octavillas. Darío y Nadia son pequeños y juegan mientras en la acera. Le propongo llevármelos a casa mientras ella trabaja. ¿Os venís a casa?, les digo a mis sobrinos. Saltan de alegría, se me agarran a las piernas. Siento una tristeza enorme. No comprendo que siendo médico con dos especialidades esté repartiendo publicidad.

efluvios

martes, 21 marzo 2023. Bajo por una especie de acequia natural entre árboles. Parece natural pero cuanto más me fijo más me doy cuenta de que no lo es. Adelanto a un grupo. Una de las señoras me pregunta algo y al momento se disculpa porque dice que me ha confundido con alguien. Llego a una especie de cortado conde acaba el agua (pero no cae). No sé si me haré daño al saltar. abajo están Alberto, Cristina, Luciano y Pepe. De repente estoy abajo, delante de un pequeño supermercado. Pepe espera fuera. Le digo que pensaba que iríamos a un hotel rural, no a dormir a la intemperie. Se escandaliza, dice que de ninguna manera, y se va. Le pregunto a Cristina para qué es una máscara con forma de T que me ha dado. Saca de la máscara una bolsa de red (por fuera, impermeable (por dentro) y se la coloca en la cabeza. No puede respirar, parece que se ahoga, hace un ruido agobiante. Dice que tendremos que ponérnosla para no respirar los efluvios del lago ni que nos piquen los insectos. Miro el lago, es una charca. No sé qué hago allí. Quiero irme a mi casa. No sé cómo.

de madera

lunes, 13 marzo 2023. Parece un hotel con pasillos estrechos y paredes, suelos, y hasta techos, forrados de madera. Al pasar por delante de una de las habitaciones oigo hablar a Andrés y Elisa. Quiero pedirles que me acompañen a casa, pero parece que discuten y paso de largo. al llegar a la calle es de noche, las calles no están iluminadas. Un grupo de chicos sale de lo que parece un gimnasio. Voy detrás de ellos para no ir sola. No reconozco las calles. Pregunto a unas chicas si saben dónde está la parad a del C1. No responden.

los ojos más azules del universo

domingo, 12 marzo 2023. Estoy en la terraza de un bar. Frente a mí, Chivite y otro señor con pinta de catedrático. A mi lado Laura. Chivite y el catedrático hablan. Chivite le dice que si su mujer estuviera allí lo escucharía con la boca abierta y estaría de acuerdo de todo. Mientras tanto le digo a Laura que, a pesar de haber estudiado todas sus fotos, todavía no sé qué corte de pelo le sienta mejor. Eres tan guapa que todo te queda bien. Ella responde que el guapo de la familia es su padre, que una vez le dijeron que tenía los ojos más azules del universo.

por detrás

sábado, 11 marzo 2023. Alguien ha muerto. Una fila de coches llega a un descampado con parking en línea que hay delante del cementerio (aunque cementerio no se ve por ningún lado). Los coches van aparcando uno detrás de otro. Observo la escena desde arriba. Un coche que parece de bomberos, al aparcar detrás del coche de Alberto, lo embiste por detrás y deja la mitad trasera del coche hecha una acordeón. ¡Las cervicales!, digo en alto. Alberto y el bombero salen de sus respectivos coches. Alberto le dice al tipo, poniéndole la mano en el hombro, que han acabado para siempre.