772

lunes, 10 junio 2013. Dentro de una casa de piedra que se cae, una mujer cuenta su vida. La cuenta en verso. No son poemas, es su vida y la cuenta sentada. Todos nos arremolinamos a su alrededor porque habla muy flojito. Un hombre enorme, con un jersey de lana, me empuja. La lana me pica en la cara. Le digo con una sonrisa que es un maleducado. Se quita el jersey, pienso que va a pegarme. Dice que no tengo derecho a estar allí. Aquí sólo pueden estar quienes hayan escrito un mínimo de 200 poemas. Ale me mira, me da un codazo, se ríe. Hago una cuenta mental de todos los poemas que he escrito. 772, pienso.