manos rupestres

lunes, 19 agosto 2019. Hay dos escritores firmando libros. Me acerco a ellos. Están resguardados detrás de un cristal y hay que pasarles el libro por un espacio muy estrecho entre el cristal y la mesa. Mientras les paso el libro, pienso que nada de esto merece la pena.
+
Cruzo una calle que parece recién asfaltada. Llevo la silla roja pequeña al hombro. Unos niños juegan a la pelota. El asfalto se convierte en una playa, camino sobre el agua hasta la orilla. En la orilla hay piedras en las que alguien ha dibujado manos con carbón. Si no estuvieran tan bien hechas parecerían rupestres, pienso.