invisible

martes, 18 abril 2023. Voy por la Alameda hacia casa de mi abuela. Hay mucha gente por la calle. Las aceras están pegajosas. Todo tiene un tono triste y apagado, a pesar de que los niños llevan globos y algodón de azúcar. Quiero volver cuanto antes a casa. De repente estoy escribiendo en una máquina antigua de la que fue la casa de doña Maruja (vecina de mi abuela). Me sorprende que la casa conserve el arco que separa el salón del dormitorio. Noto a alguien detrás de mí. Es Daniel. Me alegro mucho de verlo. Aparece Ángeles con un vestido blanco de piqué muy ajustado. Está delgadísima y muy guapa. Se lo digo. Habla sin parar. Daniel se sienta en un extremo del sofá. Le pregunto si sigue escribiendo. No responde. Actúan como si yo no estuviera allí.