sofá

sábado, 22 junio 2024. Estamos en una tasca parecida a Antigua Casa de Guardia, solo que donde suelen estar los mariscos hay un sofá pequeño. No sé si la tapicería es de color rojo oscuro o es que está muy sucio. Un tipo mayor se nos acerca. Lleva varias carpetas azules gastadas, de esas de toda la vida. De repente, como si lleváramos un rato hablando, comienza diciendo: Claro, es que la música es importante. Nombra instrumentos que no he oído en mi vida. Su marido sabe tocar cualquier instrumento, le digo señalando a mi prima Elisa (que se aleja inmediatamente). El hombre discute, dice que es imposible. le nombro todos los instrumentos que toca y le digo que incluso ha fabricado algunos. El hombre se va enfadando cada vez más. Cambia de tema, habla de poetas. Nombra a Julio Salinas. Le digo que es un futbolista, que quizá quiere decir Pedro Salinas. ¡Es Julio, lo sabré yo que es mi amigo!, dice enfadado. ¿El de los poemas a patinadores?, le pregunto. ¡Ese! Julio Aumente, le digo. Se queda callado. Habla de él en presente. Ni se me ocurre decir que murió hace tiempo. Mientras habla, algo se me ha derramado sobre el sofá ya sucio. Voy a mojar un pañuelo al servicio. En el servicio veo a mi prima en una bañera, dándose un baño. Vuelvo y el hombre se ha ido. Las carpetas están sobre el mostrador. No hay nadie en la tasca. Limpio el sofá. Parece nuevo.