un goya y tres dones

jueves, 10 octubre 2024. Estoy en el que fue mi colegio. Una chica me va enseñando las clases. Están cambiadas. Me las va explicando. Le digo que ya sé qué clases eran antes porque pasé por todas. Le sienta mal y acaba la visita bruscamente. Llegamos a las clases de párvulos, ahora convertidas en comedor. Me enseña una caja con cosas que las alumnas se dejaron. Dice que puedo quedarme con lo que quiera. No sé qué elegir. Y, de todos modos, ¿para qué querría una goma usada o un lápiz mordido? Salgo del colegio con pena y prisa porque llego tarde a una entrega de premios. La acera está como antiguamente (sin enlosar, tierra y piedras; si corro me tuerzo los tobillos). Llego a un auditorio al aire libre. Las gradas están llenas. Veo mi asiento vacío con una tarjeta en la primera fila. Empujo a algunas personas para que me dejen pasar. Llego justo a tiempo cuando dicen mi nombre. He ganado. Salgo al escenario. Aparece Fred Astaire y me entrega un Goya. Me susurra al oído que debemos bailar, que el público lo está deseando. Tú no hagas nada, sigue mis pasos, será fácil, dice. Al momento de tomarme la mano y ver mi torpeza dice que no va a ser tan fácil. Dos chicos nos hacen gestos para que acabemos ya. Le doy las gracias, le doy un beso y me voy.
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Estamos en una plaza con adoquines. En el centro hay un tipo con túnica. Dice que nos irá llamando de uno en uno para que nos acerquemos y lancemos tres monedas al aire. Si una moneda os cae a menos de un metro podéis quedárosla y ese será vuestro don, ¿entendido?, ahora poneos de rodillas, dice. Alberto se burla. Le recuerdo que fue él quien quiso venir, que ya que estamos vamos a hacerlo bien. Se ríe y, no solo se queda sentado, se tumba. Me pongo de rodillas sobre los adoquines (se me clavan). El santón llama a una niña, le dice que lance las tres monedas. La niña se pone nerviosa, las lanza mal, hacia atrás y me caen a mí. No me atrevo a cogerlas, no me atrevo a moverme. Tres dones, pienso, ¿qué voy a hacer con tres dones? De repente estoy en casa de mis padres, llevo las tres monedas apretadas en la mano. Entro en el cuarto de mi hermana y le dejo dos en una de sus cajas.