ama de casa y amo pilaf

jueves, 17 enero 08. Estoy en clase de cocina. Me aburro. Salgo a la calle sin que el profesor se dé cuenta. En la acera me encuentro a un compañero de clase que ha salido a fumar. Charlamos y nos vamos alejando de allí. Al llegar al final de la calle, que se ha estrechado considerablemente, vemos a unos yonkis robando a los coches aparcados. El chico tira el cigarrillo al suelo, me dice que le dé la mano y no los mire. Pasamos de largo. Al dar la vuelta a la esquina echamos a correr. Nos sentamos a descansar bajo unos andamios y el chico me enseña varias pistolas que lleva encima. Me dice que elija una. Cojo la más grande y me apunto a la sien. En ese momento pasan los yonkis conduciendo uno de los coches, y al verme con la pistola, aceleran y desaparecen.
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Mamá dice que viene varios días de fiesta seguidos y que no tiene ganas de pensar qué hará de comer. Le digo que no se preocupe, que yo me encargo de todo. Hago la lista de la compra escribiéndola con el dedo en el aire. Mi madre lee en alto: Estofado. Yo le digo sonriente: Es mi especialidad. Mamá entra en el cuarto de baño y mete en el váter una alfombrilla sin ningún esfuerzo. Mientras, dibujo un mapa de Europa en una pizarra que hay en el suelo. Señalo Mónaco con un punto. Mi madre me mira extrañada. Los señalo porque no tienen Euro, respondo. Entro al baño, levanto la tapa del váter. La alfombrilla sigue allí.
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Me levanto de la cama y entro en el cuarto del ordenador, pero no hay nada, sólo unos cojines en el suelo. Voy al salón. En la tele están poniendo Bola de Dragón. En el sofá, varios personajes de la serie están muy animados viéndose a sí mismos en pantalla. El ordenador está junto al sofá y sobre él hay apilados varios DVD de la serie. El Amo Pilaf me entrega un sobre. Alberto nos ha dejado aquí para ti, y también este sobre, dice. Me siento con ellos y leo la carta.