durmientes

jueves, 12 junio 08. Entro en casa de mi abuela con mi madre y mi tía Encarna. Mi madre se queja de que han dejado todas las ventanas cerradas y está todo demasiado oscuro. Y además ha entrado un pájaro, dice y se queda en el comedor intentando auyentarlo. Yo acompaño a mi tía al cuarto de estar. A pesar de la oscuridad distingo el cuerpo de mi abuela tumbado en el sofá, cubierto. Le destapo la cabeza antes de que mi tía abra la ventana para que no se asuste. Haz que sueñas, le digo a mi abuela al oído para que mi tía no note que está muerta. Mi abuela mueve los ojos bajo los párpados cerrados y masculla: El universo está iluminado, el universos menguante. Mi madre me llama desde el comedor para que la ayude a echar al pájaro. Cojo un flan y le doy cucharadas pequeñas que va picoteando como puede. El pájaro, después de comérselo todo, se tumba y se duerme. El flan tenía vodka, le digo a mi madre. Ahora puedes sacarlo de casa si quieres.