león otomano bravo

miércoles, 19 octubre 2011. Llego a la que se supone es la casa de mis padres. Un pasillo muy largo distribuye las habitaciones. En una hay una mujer maquillándose. Cuando me ve me dice que tengo que darme prisa. Me pone sombra de ojos con una espátula y colorete con un spray. En ese momento pasan mi padre e Iker con almohadas bajo el brazo. Me miran un momento y siguen su camino. Ya imaginaba que no les gustaría verme así, le digo a la mujer que sigue a lo suyo.
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Mi madre, Ferran y yo hacemos cola para entrar a un museo. En la puerta hay aparcada una moto enorme. Ferran la empuja y la guía con un solo dedo. Digamos que la moto camina a nuestro lado. Una azafata dice que no podemos entrar con la moto. Ferran le dice que la mire bien, que no es una moto, que es un león otomano bravo. Efectivamente la moto se ha convertido en un león. Mientras miramos los cuadros del museo, Ferran me dice que debería dejar de escribir poemas y dedicarme al air-guitar. Mi madre y el león asienten.