costillas

martes, 17 abril 2012. Entro en una habitación en penumbra. Mi hermana está acurrucada y desnuda sobre una especie de pedestal con forma de cubo. Está extremadamente delgada. Me acerco muy despacio, le digo que no se asuste, que voy a vestirla y a darle de comer. ¿Te das cuenta de que está muy delgada? Me mira como si no me conociera. Cojo su mano y la paso por sus costillas, para que las note. Lo ves, sólo hay huesos. Ahora voy a vestirte y a darte de comer.