futuro

martes, 14 febrero 2017. Salgo de una casa que se parece a la casa de Nuria (una compañera del colegio). La casa está en alto. Tengo prisa por irme de allí. Un tipo me dice que tengo que pagar para irme. Le doy a dos niñas en prenda, me hago una bola y ruedo calle abajo. Al parecer tengo un examen y llego tarde. Laura, la hija del escritor Chivite sale de un bar con un perrito caliente de un metro. Quiere que me siente con ella y dos amigas. El bar es un caos. La dueña nos trae chupitos de gelatina y comida con muy mala pinta. Aparece Javi. Está delgadísimo. Me alegro mucho al verle, lo abrazo. Le pregunto la hora y decido sentarme porque ya no llego al examen. De repente estoy limpiando cacharros de cobre en un primer piso. Por la ventana veo el caos. Unos comen mientras caminan, otros orinan entre dos coches, un tipo baja de su coche y se cepilla los dientes, escupe al asfalto. Dos niños juegan sobre la uralita de un añadido a una tienda. Esa niña se va a caer, pienso, y la uralita entera cae. Los niños se levantan como si nada. Pienso que todo va a peor, que cuando sea vieja el mundo será aún peor. Pienso que quizá debería meter todo lo necesario en una casa alejada del mundo, para no tener que salir nunca. También pienso que quizá sea bueno morirse pronto para no tener que pasar por un futuro tan horrible.