barro

martes, 16 julio 2019. Llego a la calle de mis padres. Está cubierta de barro. Un vecino se ofrece a llevarme en su coche. La chica que va de copiloto protesta celosa. El vecino frena y me deja aún más lejos. Tengo que caminar sobre barro y hojas secas enormes (no sé de dónde han salido porque no hay ningún árbol). Al llegar al portal veo que mi tía se ha instalado allí con todas sus cosas, incluso hay ropa tendida sobre los botones del portero automático. Pregunto si la ayudo a recoger y subirlo todo (una manera diplomática de decirle que no puede quedarse a vivir allí). No hay tiempo, dice, ¡tu hermana sale de viaje ya!