descalza

sábado, 21 septiembre 2024. Parece un bar o el jardín de una casa. Un tipo llega con su bebé. Al bebé lo sienta a ras del suelo y se desentiende. Me siento a su lado, lo tomo en brazos, le doy de comer.
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Voy por una urbanización de chalecitos bajos con jardín. Los muros son blancos con barrotes de obra de entre los que salen plantas con flores muy delicadas. No hay nadie. Anochece. Me fijo en que voy descalza y en camisón. Noto la acera templada. Me gusta esa sensación de serenidad. Recuerda esto, me digo. No te olvides de esta felicidad, recurre a ella cada vez que la necesites. De repente estoy dentro de un coche en marcha (en esa misma calle) y voy a estrellarme contra la puerta de un garaje. Intento pisar el freno pero no llego porque voy en el asiento del copiloto. Moviendo el cuerpo consigo enderezar la trayectoria y el coche solo roza la puerta y un muro.
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Estoy con unos amigos en un descampado. A un lado hay eucaliptos y un arriate. Lo recorro. Dentro hay juguetes, cintas de casete y libros rotos, baratijas... Pienso que me gustaría llevarme algo de recuerdo. Aparece Pateta, quiere que le digitalice unos libros que le gustaban mucho de niño. Señala el arriate. Por más que miro no los veo. Me fijo en que también hay cajas de cerillas. Me pregunto si dentro guardarán algún tesoro.