hiedra

viernes, 3 abril 2009. La cancela del jardín de la casa de mi abuela está cerrada con una cadena y un candado. Salto entre la reja y la hiedra del seto. La hiedra me rompe la ropa y me araña la espalda. Me abre un hombre. Pienso que es un ladrón y disimulo diciéndole que vengo a ofrecerle adsl. Voy a la tienda de electricidad de la esquina y explico lo ocurrido al dueño, quiero que me deje llamar por teléfono a la policía, pero no me hace caso. En la tienda que hay justo al lado veo a Caína con botas de agua, capucha y un carrito de la compra. Está robando llaveros.