dos chicas y un chico

jueves, 2 junio 2011. Una chica rubia nos adelanta en su coche. Qué mal peinada va, digo. Al decirlo me arrepiento. Me repito varias veces: No debo pensar en alto, no debo pensar en alto.
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Una chica morena me dice que por la noche estuvo en el concierto de Algora y que estuvo hablando con él. Lo dice en un tono chinchoso. Me resulta infantil. Le digo suavemente que deje de mentir, que todos sabemos que Algora está muerto. Dice que no tengo ni idea de nada, que leo muy mal, que debería dar clases de declamación, se pone muy violenta, temo que vaya a morderme. Cuando llega Alberto ella se vuelve dulce y simpática, nos invita a cenar a su casa. Ve tú, le digo a Alberto. Alberto me dice que soy una maleducada.
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Un chico me dice que ha decidido dedicarme un día. Me enseña una enorme avenida. Estoy pavimentando y construyendo ese edificio para ti, para ese día, dice. Me enseña una lista de todos los sitios y las cosas que hablaremos ese día. Me pide que me siente sobre él, me saca un pecho y comienza a chuparlo. Le aprieto la cabeza contra mí mientras pienso que tiene la cabeza muy pequeña.