estores

domingo, 4 junio 2017. Una chica me enseña su pueblo. Me habla de su familia, me lleva a su casa. Es una casa enorme con habitaciones donde sólo hay camas. Incluso las hay en los pasillos. En la casa sólo hay mujeres. Me presenta a su novia. Pienso que debe de ser es un gran paso para ella. Me abraza, nos despedimos. Llego a una especie de hotel donde Alberto me espera para hacer la cama. Le cuento lo que ha pasado mientras estiramos las sábanas. Después paseamos por un pueblo. Hay unas calle-tubo cerradas con estores blancos por donde está prohibido pasar, pero entramos. Son tubos encalados luminosos muy empinados. Desembocamos en la plaza del ayuntamiento. Miro por el hueco que hay entre el techo y el estor. Espero a que no haya nadie en la plaza para salir.