esa miradita helada

viernes, 16 septiembre 2022. Tengo que presentar Los secundarios y no sé qué decir. El público está en unas gradas, como si esperara ver un partido de baloncesto. Cuando comienzo a hablar, las amigas de mi hermana se ponen a hablar entre ellas a gritos. Las miro, callan. Nada como una miradita helada, digo y el público se ríe. Otro grupo, encabezado por la excuñada de mi hermana, forma una circunferencia, se lanzan algo unas a otras, parece que recen algo también a gritos. Le digo al público que así no hay manera, que más provechoso es que les diga cómo hago la ensaladilla rusa (les doy la receta a gritos, para superar los gritos del grupo religioso). Veo que también han montado un tenderete donde venden manualidades. Entre ellas una funda de cojín de croché que es mía. ¡Le han puesto hasta una etiqueta con el precio!, le digo indignada a una chica. Le arranco la etiqueta con los dientes. Si que te caen mal, dice la chica. Ni te imaginas, respondo.
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Mi suegra y yo estamos en el cuarto rosa (que es blanco). Está vacío y parece mucho más grande que en la realidad. Sólo queda mi armario y dos cuadros (que son de la casa de mi amiga Salud). Alberto llega con un batín que le llega a las rodillas. Sin decir nada se pone a bailar. Baila maravillosamente. Se quita el batín, debajo lleva un pantalón de peto y varias camisetas, unas sobre otras. Se las va quitando mientras baila. Aplaudimos emocionadas.