sábado, 21 diciembre 2024. Tengo que comprar un medicamento para mi padre. Estoy en mitad de una acera y no reconozco la calle ni la ciudad. De repente, un autobús para justo delante de mí, abre las puertas y veo a salud al volante. ¡Yo te llevo!, dice. Subo de un salto y el bus arranca, avanza solo unos metros y para. Veo una farmacia. Salgo, compro las pastillas de mi padre y vuelvo al bus. Los demás pasajeros protestan. Salud se pone una gorra de chófer (más bien parece de capitán de barco) y los manda callar. ¡Yo soy aquí la autoridad!, dice. Busco asiento al fondo. Me siento avergonzada por haberlos hecho esperar pero, a la vez, orgullosa de ver a salud conduciendo con la gorra. Los pasajeros me miran con rencor. Yo miro por la ventanilla. Hace un día espléndido.