funeraria

miércoles, 26 marzo 2025. Nos despedimos de Isa y Jose igual que nos despedimos anoche, pero de repente Alberto dice que quiere ir al baño. Entramos en un garito muy oscuro, Alberto entra al baño y sale disfrazado de Drácula. La gente de repente también está disfrazada. Pienso que tenía que haberme traído, al menos, una careta de casa. Les digo que tengo que ir a llevar a mi padre de la cama y vuelvo. Mis padres están levantados. Le digo a mi madre que voy a ducharla. No quiere, se ríe, hace que forcejea conmigo sin dejar de reír. Dice que hará falta un pimiento y cebolla para la ensalada. Ahora vengo, le digo. Salgo corriendo hacia el supermercado. Nada está en su sitio. No encuentro las verduras. Cojo unas toallas de bidé y trapos de cocina. Para ganar tiempo voy a las cajas de autopago, pero son cintas de aeropuerto y se llevan mi compra y mi bolso. No sé dónde acabarán. Busco por todo el centro comercial. Salgo a la calle varias veces y vuelvo a entrar. En uno de los locales hay una funeraria, veo a dos chicas (me suenan de algo), les pregunto quién ha muerto. Rubén nosequé, un actor muy querido, me dicen. Sospechamos que se ha suicidado, añaden. No lo conozco, pero de repente me siento completamente abatida y salgo de allí sin despedirme. Salgo del edificio dando por perdida mi compra y el bolso de tapicería que me hice (y tanto me gustaba). En la calle me encuentro mi tía M, quiere enseñarme el lugar donde mataron a unos anarquistas. Le digo que no tengo tiempo y que estoy muy triste. Muy mal tienes que estar para no querer verlo, dice. Vuelvo a entrar en el centro comercial, pero todo está cambiado de sitio.