animales domésticos y canicas únicas

domingo, 17 octubre 2010. Subo una cuesta con Alberto y Antonio. De todas las casas salen perros a ladrarnos. Intento ponerme cerca de los muros para proteger a Antonio ya que le tiene fobia a los perros. Llegamos a una especie de balneario donde hay un fiesta. Alberto y Antonio corren al centro de la fiesta como si hubiesen estado deseando. A mí me atacan unos gatos muy pequeños, noto como se van clavando sus uñas en mi espalda.
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Veo en un frasco de canicas en un escaparate. Todas son iguales a la canica que me dio mi padre. Por una parte me alegro, porque podré comprar una para regalársela a Ibán. Por otro me siento muy triste porque mi padre me dijo que era una canica única y pienso que quizá me haya mentido.